La Biblia Capítulo 3 1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: «¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?». La maldición de la serpiente El castigo de la mujer El castigo del hombre |
Meditación:
LA HISTORIA DEL GÉNERO HUMANO Dios al verlos, al ver a Adán y Eva, les preguntó y quiso saber, y los escuchó antes de sentenciarlos. Descubrieron nuestros primeros padres, por el pecado; el bien y el mal. Antes sólo sabían del bien porque, salidos de Dios, eran buenos, mas al unirse al mal se volvieron malos y, desobedeciendo se hicieron reos de la muerte. Jardín maravilloso el de Edén, lugar divino y para los buenos. Cubrió Dios el alma humana con la piel, y nos lanzó al mundo, donde cada hombre y cada mujer tienen que cumplir con su cometido, según su sexo. Dios diferencia al hombre de la mujer por su función física ineludible y que está sellada por lo que es. Teniendo además, cada especie, las facultades propicias para poder cumplir y gozarse con el, porque el goce viene de ser lo que somos y unirnos a la naturaleza de cumplir el deber establecido que todo el cosmos tiene sellado en su condición de ser lo que es. Pero las personas, por ser a imagen y semejanza de Dios, pueden libremente decidir el bien o el mal, porque no está sujeto en ellos el sello del deber, sino que ese deber de ser lo que son, y serlo libremente, es lo que da la recompensa final de Dios, en una vida de Gloria, y con un cuerpo Glorioso y viviendo felices en Él eternamente. El alma feliz en el Paraíso, busca constantemente en la tierra esa felicidad perdida que es el cumplimiento del deber. P. Jesús © copyright |