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Poesías

Enséñame a amar

 

Enséñame a amar

El alma crece,
en santidad se fortalece,
cuando uno aprende
a amar más a Dios.

De goce espiritual,
de alegría celestial,
uno se enciende
cuando ese es su ideal.

Es por ello
ángel custodio querido,
que hoy te pido,
enciendas en mi corazón
el anhelo de amar al Señor.

Tú que has visto
y ves su Rostro,
haz que irradie en mi
de su amor, el reflejo.

Tú que le conoces
y a sus pies te recoges,
haz que en Él ponga
mi confianza y esperanza.

Tú que le adoras
y de Él te enamoras,
haz que de mi vida, el fin sea
darle honor y gloria.

Tú que fiel le fuiste,
y por Él combatiste,
haz que crezca mi fidelidad,
y mi sed de santidad.

Querido ángel mío,
te pide mi alma,
que tú, sabia criatura,
le susurres bellas maravillas de Dios;

que le cuentes
las inmensas alegrías del Amor;
que le contagies
tu fe y adoración.

 

Te pido por favor,
ayúdame a amar
más al Señor;
haz que le note
más en mi corazón.

Te pido por favor,
enséñame a amar
a Dios,
que mi alma rebose
de ilusión,

hasta que llegue
a la presencia de Dios Padre;
querido ángel,
transmite a mi alma
¡tu amor por el Señor!

 

Alba Bellido Durán
© copyright

Humanidad divina

 

Humanidad divina

De Lo Alto bajó,
en un Seno se engendró.
Un Dios se humanizó
sin perder su esencia,
divinidad y grandeza.

Del Cielo a la Tierra,
del poder al servicio.
De la gloria a la humillación,
pasaste Jesús, Dios.

Te hiciste hombre,
bebé, infante
María te concibió
por el Espíritu que Dios envió.

En sus Entrañas naciste,
crecer debiste.
A hablar aprendiste,
que andar tuviste.

Siendo Tú, Jesús, Dios,
fuiste hombre visible,
divino y humano,
Dios y esclavo.

Nuestra condición asumiste,
nuestro aire respiraste.
Cuerpo tuviste,
y desde la Tierra,
el Cielo admiraste.

Siendo Dios,
hombre te hiciste,
nuestras necesidades, conociste,
nuestras miserias, viviste.
Ser nuestro Salvador, quisiste.

Jesús,
por misericordia,
fue tu humanidad.
Humano te hiciste,
sin perder tu divinidad.

Jesús,
por nosotros,
fue tu muerte y descenso,
¡por tu gran amor!,
esta fue tu voluntad.

Jesús amado
eres Hermano,
eres Amigo,
eres Cristo…
pero sin duda, ¡eres Dios!

Alba Bellido Durán
© copyright

Respuesta absoluta

 

Respuesta absoluta

Ante las dudas
de esta vida,
frente a las incógnitas
escondidas

encontramos una respuesta,
un fin y un inicio,
un motivo y un destino
una razón y objetivo.

Tantas preguntas,
la misma contestación.
Tantos problemas,
una sola razón.

Tantas inquietudes,
descansan en una opción.
Tantas posibilidades
una acertada elección.

Amor, amor, Amor,
la respuesta a tanto,
el motivo de tanto,
¡el anhelo de todos!

De la verdadera alegría
autor es el Amor.
El origen de nuestra vida,
fruto del Amor.

Causa del dolor,
falta de amor.
Amor rechazado,
odio engendrado.

La vida va
de dar, recibir,
¡y amor sentir!

La vida está
para crecer en amor,
aprendiendo a amar,
y demostrando amor.

De la vida, el fin
es vivir amando
al prójimo,
y a Dios Todopoderoso.

Es una vida de amor,
la que todo corazón, alberga.
Es el amor la respuesta
y motivo de la existencia nuestra.

Fuimos creados por
amor.
Existimos por el
Amor,
y debemos
Vivir por el Amor.

Alba Bellido Durán
© copyright

Bella compañía

 

Bella compañía

Preciosa, oh mi María,
mi tan querida Virgen María.

Bella es tu compañía,
en esta vida de contiendas.
Tu presencia, motivo de alegría,
ante las penas y tristezas.

Que permanezcas a mi lado,
es mi deseo.
Que me des amparo,
es mi anhelo.

Que me enseñes a amar,
te pido.
Que me consueles,
quiero.

Tú que anduviste
por este mundo,
guíame y condúceme
por recto sendero.

Tú que sufriste
penas y persecuciones,
ayúdame a no desfallecer
en las tribulaciones.

María, María,
sé mi compañera
de fatigas, de alegrías.

María, María
llévame dentro de tu corazón,
acompáñame en esta vida.

¡María, preciosa María!,
quédate siempre conmigo ,
no te alejes, madre mía.

¡María, querida María!
andemos cogidas de la mano,
juntas hasta el Cielo.

Enséñame
a soportar el dolor,
a sembrar amor.

Enséñame
a seguir tus pasos,
y camina siempre a mi lado.

De mí no te separes,
no me desampares.
Cobíjame en tu Corazón,
Te pido con devoción.

María
bella es tu compañía,
que deseo cada día,
Te pido me la concedas,
y te agradezco, que así lo quieras.

 

Alba Bellido Durán
© copyright