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Poesías - 12. página

Mi hermoso Bebé

 

Mi hermoso Bebé

Tan pequeño e indefenso

y todo el mundo depende de ti.

Tan dulce y bondadoso

y te convertirás en Rey del universo.

 

Eres tan chiquitín, pero sigues siendo Dios.

Eres tan pequeñín pero eres mi Salvador.

El Todopoderoso se ha hecho bebé,

ha venido al mundo, de la manera más bella, tierna e inocente,

porque Dios es Amor, y un bebé es todo amor.

 

Tu sonrisa encantadora,

llega hasta el fondo de las almas.

Tus bellos ojitos, derriten al mundo de ternura.

Tu preciosa carita sonrosada,

enternece hasta a los más duros.

Tus pequeñas manitas,

están llenas de una pesada carga.

 

Tu mirada está repleta de dulzura, paz, amor

y me roba el corazón.

Tu vocecita transmite fe y oración.

Cuando ríes cautivas toda mi atención;

eres precioso, divino, Jesús, mi Señor.

 

Mirarte es como mirar el más bello paisaje,

como mirar un ocaso deslumbrante.

Pensar en ti es poesía y armonía,

pensar en ti es llenarse de ternura.

 

Embelesas mi alma al recordarte,

se ablanda mi corazón al imaginarte.

Porque tú eres Dios, Dios de amor.

 

Querido Jesusito;

tan tierno eres, tan bello eres,

cual hermoso bebé viniste al mundo;

viniste humildemente, ¡¡Tan maravilloso eres!!

 

Quiero cogerte en mis brazos, como lo hizo la Virgen María;

quiero besarte la frente, como lo hizo San José.

Quiero estar a tu lado y complacerme en mirarte.

 

Oh mi hermoso bebé,

Jesusito de Nazaret.

Oh mi hermoso bebé,

Dios, mi Amor eterno.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

Mi protector

 

Mi protector

Cada día, cada segundo de mi vida,

tú estás conmigo.

Cada momento, cada respiración de mi vida,

tú estás conmigo.

Cuando estoy feliz y cuando estoy afligida;

cuando quieren dañarme o de Dios apartarme,

tú estás conmigo.

 

Eres divino, creado por Dios,

criatura excelsa, hecha del Amor.

Existías antes que yo,

pero siguiendo los mandatos del Señor,

me cuidas y defiendes como ángel protector.

 

En el principio de los tiempos

luchaste y venciste,

con Dios, quedarte decidiste;

completamente al mal renunciaste,

y tu fidelidad al Señor, por siempre sellaste.

 

Tu belleza es el reflejo de tu amor por Dios,

tu bondad y humildad, hacen que resplandezcas sin parar.

Tus espléndidas y magníficas alas, me protegen y amparan.

Tu asombrosa e imponente presencia, desprende respeto, fe y amor.

 

Brillas como el sol ardiente,

pues en ti está el Amor de Dios Omnipotente.

Tus alas bañadas en oro, plata y marfil

te hacen volar, cual rayo llameante sin fin.

 

Tus ojos muestran el cielo;

me recuerdan lo que tanto anhelo.

tus vestiduras blancas y puras como ningunas,

están recubiertas con los destellos de las estrellas.

 

Cada instante, das gloria y honra al Padre;

cada instante, del maligno estás vigilante,

cada instante, velozmente llevas mis oraciones,

cada instante estás a mi lado, en todas las situaciones.

 

Oh, mi Ángel querido,

me cuidas en silencio, pero yo sé de tu presencia.

Me cuidas con cariño, y yo noto tu amor.

Me cuidas con diligencia, estás atento a cualquier negligencia.

 

Ángel amado, amigo mío;

quiero agradecerte cuanto haces por mí,

quiero agradecerte tu compañía y cuidados.

Quiero recordarte que te valoro y te admiro,

quiero recordarte que te necesito y ¡te quiero!

 

Gracias, gracias por todo, angelito.

Nunca, nunca te apartes de mi lado;

y así yo, siempre, siempre permaneceré junto a ti;

mi protector.

 

Alba Bellido Durán
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Un acto de Amor

 

Un acto de Amor

Te han desgarrado la piel,

te han humillado y escupido,

 han roto tus vestiduras,

te han clavado una corona de espinas.

 

Todo ello por un acto de Amor.

 

Has llevado la cruz de toda la humanidad,

has cargado los pecados con humildad,

has abierto las puertas del Reino Celestial;

has entregado tu vida por todos.

 

Todo ello un acto de Amor.

 

Te han insultado,

tú has callado;

te han demacrado,

tú nos has salvado.

 

Todo ello por un acto de Amor.

 

Te han desfigurado,

tú los has perdonado;

¡te han matado en la cruz!,

Tú, de la muerte nos has desencadenado.

 

Todo ello por un acto de Amor.

 

Un acto muy bello del Amor Eterno,

un acto sincero para redimir al mundo.

El Amor  nos ha sido dado,

Él libremente se ha entregado,

para que podamos entrar en su gloria,

y gocemos así toda la eternidad.

 

Un acto de Amor, un acto del Amor.

 

Dios mío, tu pasión es un mensaje eterno de Amor,

una proclamación, un sello de alianza

con toda la humanidad.

Tu dolorosa pasión florece en mi corazón, y

Me embriaga el aroma que desprende su inmenso amor.

 

Un acto de Amor,

de Dios, nuestro Señor.

Un acto de Amor,

para ti y para mí.

 

Un acto de Amor, nuestra esperanza y consolación,

un acto de Amor;

Jesús, eres nuestro Salvador.

 

Alba Bellido Durán
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Buscas la felicidad

 

 

Buscas la felicidad

Notas un vacío en tu interior,

tu alma no es dichosa,

porque no tiene el Amor.

Sientes que tu vida es desastrosa,

porque no vives por Él, tu Señor.

 

A pesar de actuar como te place,

a pesar de hacer todo el mal que cabe,

a pesar de haberte dado al libertinaje;

no eres feliz.

 

Has escuchado a las malas amistades,

has seguido los consejos de los rufianes.

Has obrado en contra de la ley de Dios,

has hecho callar tanto a tu conciencia,

que parece que ya no se despierta.

 

Sólo te mantiene vivo, el anhelo de cambiar tu vida,

la búsqueda de tu alma,

el deseo de hallar la felicidad.

 

Si sigues así,

corrompiendo los mandamientos,

destruyendo tus sentimientos,

apagando tu alma,

nunca, nunca va a ser feliz.

 

Si sigues así,

y no decides con libertad,

actuar de buena voluntad,

toda tú eternidad, te la vas a pasar,

en un fuego que no se puede apagar;

y allí, la felicidad, nunca la vas a hallar.

 

Alma querida,

yo deseo que seas dichosa,

que notes la inmensa alegría del Amor,

que radie dicha tu corazón,

que notes la felicidad en cada palpitación.

 

Felicidad, felicidad,

todo el mundo la busca,

todo corazón puro la anhela,

pero pocos saben lo fácil que es hallarla.

 

Amor y felicidad, palabras enlazadas;

uno ama, se entrega, y entonces es feliz.

 

La clave está en el Amor

en amar Al que más ama,

Al que te ama con locura

y te lo ha demostrado sin mesura.

 

Alma, ama a Dios,

al que da sentido infinito a esta palabra: Amor,

porque, Él es Amor y el Amor; Él te dará

la felicidad eterna del Amor.

 

Alba Bellido Durán
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Mi vida a Ti te la doy

 

Mi vida a Ti te la doy

Oh, mi Dios, mi Creador;

Quiero servirte para toda la Eternidad

Quiero darte mi vida, ¡entregártela!.

Deseo complacerte y seguir tu voluntad.

 

Dios mío, que los ángeles custodios

 me ayuden a seguir tu sendero,

a luchar contra el maligno.

me ayuden a cumplir con tus mandamientos,

a ser fiel a tu Amor infinito.

 

La vida que Tú me has regalado,

quiero que sea como el cielo estrellado,

repleta de tus gracias, llena de pureza y de obras de Fe.

Que resplandezca tu amor en ella,

y así sea luz para el mundo.

Que muestre tus maravillas, y que eres Dios todopoderoso.

 

Quiero que mi vida sirva de ejemplo,

quiero contagiar a la humanidad tu amor,

pues la felicidad más excelsa se halla en Ti, Rey y Salvador.

 

Sé que entregarte mi vida,

conlleva luchas y pruebas,

sacrificios y  renuncias.

desprecios y abandonos.

 

Pero, a este mundo ¡se ha venido a batallar!,

para ganar el tesoro más preciado,

¡tu inmenso Reino Celestial!

A este mundo se ha venido a demostrar

dónde el alma desea pasar toda la Eternidad.

 

Todas las personas tienen sus días contados,

no pueden quedarse de brazos cruzados.

Van viviendo, decidiendo su eternidad,

lo deseen o no lo deseen.

 

La vida no es un juego,

y todos nos daremos cuenta de ello;

demasiado tarde para algunos,

que desearán haber seguido otro rumbo.

 

Pero Tú, Dios mío, misericordioso y bondadoso,

me ayudas a seguir adelante, con tus gracias y sacramentos

me perdonas en la confesión y me das la salvación.

 

Tú, Tú Dios mío ¡entregaste tu vida por mi!

¿cómo podría yo, no hacerlo por Ti?

 

En verdad, mi vida te pertenece desde siempre,

Tú me creaste y me amaste,

deseaste que yo existiera;

 y, qué puedo hacer yo, más que corresponder tu amor.

 

Yo, insignificante ante tu grandeza, te entrego mi vida.

Me postro ante Ti para ser sierva del Amor.

¡Te amo mi Señor!

 

Alba Bellido Durán
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