Saltar al contenido

Consulta 1

c. , 55 años , de colombia. 10/3/2008

Soy casada hace 30 años, mi esposo y yo somos docentes, tenemos dos hijos el mayor es feliz casado.
El segundo tiene 25 años, y ahora descubro que mi hijo es gey. No entiendo nada no se que hacer estoy enferma. mi esposo esta igual que yo.
que hago?

Respuesta de: María Durán de Bellido. 11/25/2008

Alma triste y abatida. Hay que saber que en esta vida, estamos para servir a los demás; sin esperar de ellos compensación ni las obras que nos llenarían de felicidad.

No, amiga mía; estamos aquí, para hacer feliz a Cristo Rey, que murió por todos, para que podamos vivir todos en Su Reinado: Al final de nuestra vida.

Por eso: Primero. Tu hijo puede y con la Gracia de Dios, será santo.

Lo importante es que si es gay, no haga prácticas homosexuales, porque eso es pecado.

Habla con él. Escúchale y coméntale que a aunque no lo comprendes, aceptas sus tendencias sexuales, pero que no es bueno que haga actividades físicas con su tendencia gay. Porque eso no es lo natural, porque eso no lo quiere Dios, y porque de tales actividades puede adquirir muchas enfermedades, algunas físicas y todas psíquicas. Y entérate bien de cuáles son. Busca, investiga y haz un dossier con todo ello y lo estudias con él, como aquel que estudia el proyecto de comprar una vivienda. (Es para ponerte un ejemplo) Sé realista y la realidad y el sentido común están de tu parte. No le impongas que busque una chica. Olvídate de ello; primero hay que ayudarle. Ve despacio, porque la cosa es lenta. Los vicios por los que uno mismo no lucha, son casi como una cadena perpetua.

Y, haz otro favor a Dios. ¿Sí? … Bien.

Escucha bien lo que voy a decirte; digo; a escribirte:

Lo que haga tu hijo, no tiene nada que ver contigo actualmente; es decir: Él es libre.

Y te añado:

Lo que haga tu hijo ahora, sí que puedes y debes influirle. ¿Cómo? Sobre todo viviendo tú y tu esposo una relación romántica. Sí. Eso he dicho: Amaros uno al otro y no lo ocultéis a sus ojos. Tened muestras de cariño entre ambos, de paciencia y auxilio mutuo. Y sobre todo: rezad los dos, y sin esconderos, y en voz alta, el santo rosario a la Virgen Inmaculada. Y disfruta del amor de tu esposo. Sé natural y no hagas caso a ningún comentario. Tú eres libre, como lo es tu hijo. Y si él te da mal ejemplo: TU DALE EL BUENO.

No aceptes que tenga experiencias sexuales gays. Eso es pecado y es antinatural. Sé comprensiva con sus ‘tendencias’ gays, pero que se comporte bien y que calle sus actividades, por respeto, por lo menos. Si habla, le dices: “Cariño, este tema por ser pecado y antinatural, no deseo que ni me lo comentes. Respétame: soy heterosexual, y por eso tú tienes vida… Hablemos de otra cosa”. Y siempre le contestas eso. Con estas palabras o de parecidas. Y apoyados en el amor mutuo, tú y tu esposo; y unidos con el rezo del santo rosario a la intercesión de Santa María, Madre de Dios, y con la mirada puesta en Cristo que nos perdona a todos; perdónate a ti misma, hija de Dios, y perdona los errores y los pecados de tu amado hijo, y mientras se los perdonas, haz, obra, para que de ti aprenda.

No te quejes, amiga Mía. Y ve a La Iglesia Católica y vive en Gracia de Dios.

La vida es dura, pero Dios es maravilloso. ¿Verdad?

Queda en paz.

 

Sección: Homosexualidad