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Alba Bellido Durán - 2. página

Enséñame a amar

 

Enséñame a amar

El alma crece,
en santidad se fortalece,
cuando uno aprende
a amar más a Dios.

De goce espiritual,
de alegría celestial,
uno se enciende
cuando ese es su ideal.

Es por ello
ángel custodio querido,
que hoy te pido,
enciendas en mi corazón
el anhelo de amar al Señor.

Tú que has visto
y ves su Rostro,
haz que irradie en mi
de su amor, el reflejo.

Tú que le conoces
y a sus pies te recoges,
haz que en Él ponga
mi confianza y esperanza.

Tú que le adoras
y de Él te enamoras,
haz que de mi vida, el fin sea
darle honor y gloria.

Tú que fiel le fuiste,
y por Él combatiste,
haz que crezca mi fidelidad,
y mi sed de santidad.

Querido ángel mío,
te pide mi alma,
que tú, sabia criatura,
le susurres bellas maravillas de Dios;

que le cuentes
las inmensas alegrías del Amor;
que le contagies
tu fe y adoración.

 

Te pido por favor,
ayúdame a amar
más al Señor;
haz que le note
más en mi corazón.

Te pido por favor,
enséñame a amar
a Dios,
que mi alma rebose
de ilusión,

hasta que llegue
a la presencia de Dios Padre;
querido ángel,
transmite a mi alma
¡tu amor por el Señor!

 

Alba Bellido Durán
© copyright

Humanidad divina

 

Humanidad divina

De Lo Alto bajó,
en un Seno se engendró.
Un Dios se humanizó
sin perder su esencia,
divinidad y grandeza.

Del Cielo a la Tierra,
del poder al servicio.
De la gloria a la humillación,
pasaste Jesús, Dios.

Te hiciste hombre,
bebé, infante
María te concibió
por el Espíritu que Dios envió.

En sus Entrañas naciste,
crecer debiste.
A hablar aprendiste,
que andar tuviste.

Siendo Tú, Jesús, Dios,
fuiste hombre visible,
divino y humano,
Dios y esclavo.

Nuestra condición asumiste,
nuestro aire respiraste.
Cuerpo tuviste,
y desde la Tierra,
el Cielo admiraste.

Siendo Dios,
hombre te hiciste,
nuestras necesidades, conociste,
nuestras miserias, viviste.
Ser nuestro Salvador, quisiste.

Jesús,
por misericordia,
fue tu humanidad.
Humano te hiciste,
sin perder tu divinidad.

Jesús,
por nosotros,
fue tu muerte y descenso,
¡por tu gran amor!,
esta fue tu voluntad.

Jesús amado
eres Hermano,
eres Amigo,
eres Cristo…
pero sin duda, ¡eres Dios!

Alba Bellido Durán
© copyright