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Alba Bellido Durán - 3. página

Respuesta absoluta

 

Respuesta absoluta

Ante las dudas
de esta vida,
frente a las incógnitas
escondidas

encontramos una respuesta,
un fin y un inicio,
un motivo y un destino
una razón y objetivo.

Tantas preguntas,
la misma contestación.
Tantos problemas,
una sola razón.

Tantas inquietudes,
descansan en una opción.
Tantas posibilidades
una acertada elección.

Amor, amor, Amor,
la respuesta a tanto,
el motivo de tanto,
¡el anhelo de todos!

De la verdadera alegría
autor es el Amor.
El origen de nuestra vida,
fruto del Amor.

Causa del dolor,
falta de amor.
Amor rechazado,
odio engendrado.

La vida va
de dar, recibir,
¡y amor sentir!

La vida está
para crecer en amor,
aprendiendo a amar,
y demostrando amor.

De la vida, el fin
es vivir amando
al prójimo,
y a Dios Todopoderoso.

Es una vida de amor,
la que todo corazón, alberga.
Es el amor la respuesta
y motivo de la existencia nuestra.

Fuimos creados por
amor.
Existimos por el
Amor,
y debemos
Vivir por el Amor.

Alba Bellido Durán
© copyright

Bella compañía

 

Bella compañía

Preciosa, oh mi María,
mi tan querida Virgen María.

Bella es tu compañía,
en esta vida de contiendas.
Tu presencia, motivo de alegría,
ante las penas y tristezas.

Que permanezcas a mi lado,
es mi deseo.
Que me des amparo,
es mi anhelo.

Que me enseñes a amar,
te pido.
Que me consueles,
quiero.

Tú que anduviste
por este mundo,
guíame y condúceme
por recto sendero.

Tú que sufriste
penas y persecuciones,
ayúdame a no desfallecer
en las tribulaciones.

María, María,
sé mi compañera
de fatigas, de alegrías.

María, María
llévame dentro de tu corazón,
acompáñame en esta vida.

¡María, preciosa María!,
quédate siempre conmigo ,
no te alejes, madre mía.

¡María, querida María!
andemos cogidas de la mano,
juntas hasta el Cielo.

Enséñame
a soportar el dolor,
a sembrar amor.

Enséñame
a seguir tus pasos,
y camina siempre a mi lado.

De mí no te separes,
no me desampares.
Cobíjame en tu Corazón,
Te pido con devoción.

María
bella es tu compañía,
que deseo cada día,
Te pido me la concedas,
y te agradezco, que así lo quieras.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

Abandonado

 

Abandonado

Abruman las fatigas,

flaquean las fuerzas.

Cansa vivir,

respirar y existir.

 

Prisionero te sientes,

encadenado a tus pesares,

queriendo huir de ti mismo,

por tantos males.

 

Sientes que ya no puedes,

cargar con tus preocupaciones

con tantas contrariedades.

 

No comprendes,

no entiendes…

¿por qué Dios no te socorre?

 

El Todopoderoso

guía tu vida,

por extraños senderos,

pero de ti no se olvida.

 

El Creador

permite tus tropiezos,

y los motivos

son secretos.

 

Mas, resiste con esperanza,

ora y aguarda,

que Dios te escucha,

y dará fin a tu lucha.

 

No te des

por vencido.

No pienses

que está todo perdido.

 

Porque el fracaso

está en abandonar,

y no en volverlo

a intentar.

 

¡Dios existe!

Y aunque no entiendas,

¡tú persiste!

Y acabarán tus lágrimas.

 

Te sientes por

Dios abandonado,

pero es porque en realidad,

tú no te has abandonado

en la Divina Trinidad.

 

Alba Bellido Durán
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Inocente culpable

 

Inocente culpable

Sangre inocente fue derramada,

para limpiar nuestra alma.

Una vida cruelmente asesinada,

para dar la Vida Eterna.

 

El Rey fue humillado,

sin culpa, ejecutado.

El que nunca cometió pecado,

fue, sin pena, maltratado.

 

El  que vino por misericordia

fue tratado sin misericordia.

El que se entregó por amor,

fue entregado sin amor.

 

Jesús

pagaron tu amor,

con odio y dolor.

Te cargaron de faltas falsas,

cuando Tú viniste a liberar las nuestras.

 

Jesús amado,

¿cuál fue tu crimen,

proclamar el Reino?

¿Qué delito hiciste?

¡Amar a todos y darnos el Cielo!

 

Oh, Dios mío,

llevas a tus espaldas mis pecados,

cargas mis faltas en tus hombros.

Recibes mi ignominia,

y aceptas padecer mi condena.

 

Con tu sangre,

mi culpa, limpias.

Con tu humillación,

mis pecados, reparas.

 

Con tu oprobio,

me abres el Reino.

Con cariño,

¡sufres tu calvario!

 

No te quejaste

por ningún latigazo,

callaste y te aguantaste,

¡mientras, nos amabas!

 

Tú, querido Jesús,

padeciste las penas

 que yo merecía,

y me diste la Eternidad

que no merecía.

Oh mi Dios,

como cordero, fuiste inmolado,

cual ladrón, condenado,

y lo único que has robado

es mi corazón, de ti enamorado.

¡Te amo!

 

Alba Bellido Durán
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Gran virtud

 

Gran virtud

Corazón orgulloso,

no hallará la felicidad,

su alma en oscuridad,

permanecerá toda la eternidad.

 

Vivir resentido,

vivir con egoísmo,

tiene el destino

de una vida sin sentido.

 

Vivir sin perdón,

vivir con duro corazón,

lleva a la situación

de una vida sin ilusión.

 

El sosiego se halla,

en el alma aquella,

que con humildad, vive

y con humildad, espera.

 

El corazón descansa

cuando tal virtud, contiene,

pues aprende

en Dios, poner su confianza.

 

La belleza de la humildad,

hace florecer el alma,

y lleva a alcanzar

la felicidad y santidad.

 

La pureza de la humildad,

hace, con amor, obrar,

y lleva a practicar

la misericordia y caridad.

 

La asumción de la humildad

hace nuestra pequeñez reconocer,

y lleva a valorar el querer

que Dios nos da sin necesidad.

 

Humildad, virtud preciosa

que una alma piadosa,

debe conseguir.

 

Humildad, fuente de alegría

que día a día

hay que perseguir.

 

Vivir con humildad,

es vivir ¡camino a la santidad!

 

Alba Bellido Durán
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