Puntos meditados - 21. página

CATECISMO MEDITADO por el P. Jesús

– PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA

IV. El canon de las Escrituras

129 Los cristianos, por tanto, leen el Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto y resucitado. Esta lectura tipológica manifiesta el contenido inagotable del Antiguo Testamento. Ella no debe hacer olvidar que el Antiguo Testamento conserva su valor propio de revelación que nuestro Señor mismo reafirmó (cf. Mc 12,29-31). Por otra parte, el Nuevo Testamento exige ser leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá constantemente a él (cf. 1 Cor 5,6-8; 10,1-11). Según un viejo adagio, el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo: «Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet» (S. Agustín, Hept. 2,73; cf. DV 16).

IV. El canon de las Escrituras

No puedes dejar la lectura a medias, debes leer todo sobre Jesús, cuando es el Verbo y cuando es el Dios Hombre, Jesús de Nazaret, nacido de la Virgen María, como profetizaron los antiguos y se cumplió en la plenitud de los tiempos.

P. Jesús

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Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA

IV. El canon de las Escrituras

130 La tipología significa un dinamismo que se orienta al cumplimiento del plan divino cuando «Dios sea todo en todos» (1 Cor 15,28). Así la vocación de los patriarcas y el Exodo de Egipto, por ejemplo, no pierden su valor propio en el plan de Dios por el hecho de que son al mismo tiempo etapas intermedias.

IV. El canon de las Escrituras

Dios, en el Antiguo Testamento, habla desde su Unidad indisoluble: “Soy el que Soy”, y en el Nuevo Testamento, vemos cómo las Tres Personas de Dios, Uno y Trino, se manifiestan y se dan a conocer a todos los creyentes para que, amando más a Dios, Dios sea más amado, porque lo que busca Dios al crear al hombre es Amarlo, y en Jesús, el Dios Hijo, nos expone en su historia personal todo el Amor Divino de un Dios humano también, Jesús, que Ama al Padre, nos enseña a amar al Padre hasta llegar a aceptar su muerte en la Cruz, para la fusión del Amor con que Dios Ama al hombre, que muere por él. ¡Por ti!

P. Jesús

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Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA

V. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

131 «Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye sustento y vigor para la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual» (DV 21). «Los fieles han de tener fácil acceso a la Sagrada Escritura» (DV 22).

V. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

Dios, que es la Palabra, en la forma de la Sagrada Hostia Consagrada, es el sustento de la Iglesia, le da fuerza y poder a cada uno de los componentes de ella, de la Iglesia Católica, y le da vida espiritual por este sacramento sin igual: la Eucaristía,  el hombre, la persona, con Dios.

P. Jesús

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Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA

V. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

132 «La sagrada Escritura debe ser como el alma de la sagrada teología. El ministerio de la palabra, que incluye la predicación pastoral, la catequesis, toda la instrucción cristiana y, en puesto privilegiado, la homilía, recibe de la palabra de la Escritura alimento saludable y por ella da frutos de santidad» (DV 24).

V. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

En la homilía, el relato reflexivo del Evangelio, de lo expuesto por la Palabra de Dios en la sagrada Escritura, allí, el discípulo de Cristo, el católico, recibe un alimento saludable para frutos de santidad por la palabra que alcanza y enlaza al corazón con la inteligencia y la conciencia humana.

P. Jesús

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Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA

V. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

133 La Iglesia «recomienda de modo especial e insistentemente a todos los fieles […] la lectura asidua de las divinas Escrituras para que adquieran «la ciencia suprema de Jesucristo» (Flp 3,8), «pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (DV 25; cf. San Jerónimo, Commentarii in Isaiam, Prólogo: CCL 73, 1 [PL 24, 17]).

V. La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

¿Quieres conocer a Cristo?, lee las divinas Escrituras. Así lo quiere y lo pide la Santa Madre Iglesia a sus fieles. ¡Ve directo a la fuente de toda sabiduría!, la Palabra viva que desvela los secretos para presentarte y darte a conocer a Cristo. Lee y disfruta del saber.

P. Jesús

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