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Consulta 41

D. , 60 años , de El Salvador. 11/26/2010

Estimado Padre Joan, le escribo porque ya no hallo qué hacer con mi hijo Nelson Adolfo, él no tiene FE EN DIOS y por esa razón pasa muy conflictivo y con depresión, a pesar que está en un grupo de la Iglesia, que estudió en un colegio Marista y que nosotros les hemos inculcado el temor, el amor a Dios.

Yo soy una mujer de mucha fe y le digo que se tiene que abandonar a Dios, pedirle ese don. Pero es en vano, le digo que le pida a la Virgen por medio de su intercesión, pero nadad y viene con esas crisis desde ya hace varios años. Yo le oro al Señor para que le regale ese don, pero para que Dios se la conceda creo que él se la debe de pedir y desearla.

Dígame padre, qué debo de hacer yo. Porque me aflige… él dice que el ¨otro¨ le dice que para qué le va a servir la fe y me da miedo que cometa una locura.

Le agradeceré su contestación.

Respuesta de: Dr. Joan Antoni Mateo. 12/6/2010

No hay duda que un buen padre y una buena madre de familia desean lo mejor para sus hijos. Y para unos padres cristianos, que sus hijos abracen la fe es el mejor regalo de Dios. Por esto comprendo la situación que está usted pasando como buena madre. Ahora bien, como usted bien dice, la fe es don de Dios que los padres no pueden transmitir automáticamente sin más. Los padres han de proponer la fe con su sincero testimonio y con la debida educación. Hay que sembrar la semilla y que fructifique o no corresponde a la misteriosa interacción entre la gracia de Dios y la libertad del hombre.

También creo conveniente advertir que se debería analizar a fondo si la situación de conflictividad y depresión que pasa su hijo tiene tan directamente sus causas en la crisis como usted afirma. Puede que sí o puede que no. Es cierto que una vivencia de la existencia sin un sentido último de todo, conlleva tarde o temprano un profundo malestar y que muchas dolencias del espíritu se generan por una ausencia del sentido a la vida. Pero no tiene porque ser así necesariamente. Aconsejo en su caso una ayuda psicológica competente. Usted no puede hacer mucho más de lo que hace. Ha procurado que su hijo recibe una educación cristiana, le invita sinceramente a creer y, sin ninguna duda, reza usted mucho por él. Y tal vez esto último tenga un inmenso valor. Recuerde las amargas lágrimas que Santa Mónica vertió por su hijo Agustín. A su debido tiempo dieron su fruto con la conversión de aquel hijo que llevaba tan atormentada existencia. La oración de los padres por sus hijos, sobre todo cuando piden por la fe y eterna salvación de los mismos, es muy poderosa ante Dios.

Siga rezando, confíe en el Señor y no deje de dar testimonio ante su hijo de cómo la fe en Dios le ayuda efectivamente a que su vida sea más luminosa y llevadera. Y, en cuanto a lo último que me dice, no hay que descartar una acción diabólica que indica que sus oraciones tienen cierto efecto y que el maligno está furioso. Asperja con agua bendita la habitación de su hijo y haga celebrar una Santa Misa para que se vea libre de acechanzas diabólicas.