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I. La Tradición apostólica – 79

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

79 Así, la comunicación que el Padre ha hecho de sí mismo por su Verbo en el Espíritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia: «Dios, que habló en otros tiempos, sigue conservando siempre con la Esposa de su Hijo amado; así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo» (DV 8).

Meditación:

I. La Tradición apostólica

La Esposa de Cristo, que es la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, ¿por qué es esposa y no hija o amiga? Porque el Amor de Cristo por la Santa Madre Iglesia es un Amor de entrega, servicio, de amor y unión indisoluble, fiel, íntegro, entero, complementario, compenetrado, y todo para bien en ser dos en uno con Dios. En este caso, ser la Iglesia: todos los bautizados de todos los tiempos, unidos a Dios Hijo, Cristo, por el sufrimiento y la entrega y la unión del Amor, y los dos, en Dios, en Dios Uno y Trino. No puede ser la Iglesia la hermana de Dios, ni la amiga de Dios, porque ambos se pertenecen uno al otro, como esposos fieles en la libertad de cada uno, y en los dos con Dios, que une en Cristo todo sacrificio, toda oración y fe; la entrega de ambos en un nombre: Jesús, el Mesías, el Salvador del mundo, de los que quieren salvarse y, por quererlo, se bautizan, o bautizan, en unión indisoluble de la criatura a Dios, Uno y Trino, por el Bautismo. Hay también el bautismo de deseo, del que desea hallar la Verdad, aunque puede que se halle perdido en la fe, o por haber nacido de unos padres que tienen otra fe o en un país donde no hay fe. Os hablaré del bautismo de deseo, que es desear estar y vivir la Verdad, y eso sólo lo sabe Dios; sólo Dios sabe el deseo del hombre, de la persona. Dios sabe cual es tu deseo y te ayuda a realizarlo, o acepta que donde estás, o en las condiciones que vives, no lo recibas, no por tu causa, sino por factores externos; pero Dios, viendo tu corazón acepta tu deseo de bautizarte en la fe verdadera y te acepta en su Iglesia, la Católica, Apostólica y Romana. Y ya te he contado hoy, ahora, el Bautismo de deseo, así que ya lo sabes, y no hace falta que te cuente más sobre ello.

La Iglesia desea a Dios, como la Esposa que es de Cristo, y vive con Jesús, Dios, el romance entre criatura, y Creador.

La Iglesia es la Esposa de Cristo, porque el Amor de Dios es para una perfecta y única unión. Y como tú eres bautizado, tú perteneces exclusivamente a Cristo, eres de Dios con unión indisoluble, para la dicha de vivir, en la tierra y en el Cielo, este amor Eterno con que Dios te Ama, este Amor sin fin.

P. Jesús

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