Título: Don y misterio Autor: Papa Juan Pablo II
«¡Benditos sean los santos sacerdotes, y Dios nos envíe muchos más!» Victoria Bellido Durán |
Sinopsis del libro «¿Cuál es la historia de mi vocación sacerdotal? La conoce, sobre todo, Dios. En su dimensión más profunda, toda vocación sacerdotal es un gran misterio, es un don que supera infinitamente al hombre. Cada uno de nosotros sacerdotes lo experimenta claramente durante toda la vida. Ante la grandeza de este don sentimos cuán indignos somos de ello». «Estoy convencido de que el sacerdote no ha de tener ningún miedo de estar «fuera de su tiempo», porque el «hoy» humano de cada sacerdote está insertado en el «hoy» de Cristo Redentor. La tarea más grande para cada sacerdote en cualquier época es descubrir día a día este «hoy» suyo sacerdotal en el «hoy» de Cristo». «Me he dejado llevar con libertad por la ola de recuerdos, sin ninguna pretensión estrictamente documental. Todo lo que digo aquí, más allá de los acontecimientos históricos, pertenece a mis raíces más profundas, a mi experiencia más íntima. Lo recuerdo ante todo para dar gracias al Señor: Misericordias Domini in aeternum cantabo! Lo ofrezco a los sacerdotes y al pueblo de Dios como testimonio de amor» (Juan Pablo II). |
Opinión del libro «Don y misterio» San Juan Pablo II, un gran hombre, un gran santo, que siguió su vocación, siguió el llamado de Dios, cumpliendo su misión, nos regaló por escrito, su experiencia vocacional. El sufrimiento y dolor aceptados por amor a Dios, nos hacen más fuertes, nos unen más a Dios; esa es una de las cosas que podemos ver en este libro, “Don y misterio”, donde Karol Wojtyla nos relata con cierta brevedad, su historia sacerdotal. Leyendo sus páginas, uno reafirma que todo católico, ya sea sacerdote, religioso o laico, tiene que ser un héroe para seguir a Cristo, recibiéndole asiduamente en los sacramentos, que recibimos por medio de los sacerdotes. Una lectura para todos, sin duda, más que recomendable. ¡Benditos sean los santos sacerdotes, y Dios nos envíe muchos más! Recemos por los sacerdotes. Si tú sientes la llamada de Dios, no te resistas, ríndete en sus brazos, y dile sí, como hicieron la Virgen María y tantos santos. Victoria Bellido Durán |