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Permanecer

 

PERMANECER

Jesús está dentro de mí
porque acabo de confesar y comulgar,
su Cuerpo dentro del mío,
hasta la descomposición del pan.
Su gracia, en mi alma,
yo en su amistad,
hasta que vuelva a pecar.

En tu gracia, Dios,
deseo yo permanecer,
para que en mí vivas,
para yo, de Ti, depender.
Porque con tu gracia puedo amar,
y sólo así, a tu Divino Corazón agradar.

Y estando en tu gracia,
te entrego mi voluntad,
para cumplir con la tuya
y ser así libre de verdad.

En tu gracia, Dios,
deseo yo permanecer,
no quiero pecar,
sino serte siempre fiel,
y en toda situación
contar contigo, con tu aprobación.

Acordándome de Ti, Jesús,
de tu Cuerpo, por mí,
clavado en la Cruz,
cuando el demonio me insista
en que caiga en tentación,
que mi alma resista,
como resististe Tú la flagelación.

Pero no basta con ser vigilante,
y apartarse del mal,
lo primero, lo más importante,
es que empeñe mis fuerzas,
en amarte.
Y amándote, Amor,
ame, por Ti, a mis semejantes.

Tal que así, estando pendiente
de amar primero,
es mucho más fácil no pecar luego.
Porque el camino del cumplimiento
de cada uno de los diez mandamientos,
es el camino del amor verdadero,
el camino del deber
en el que siempre permanecer.

 

Patricia Bellido Durán
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