Saltar al contenido

¿Quieres la luna?

¿Quieres la luna?

Si deseas la luna, ¡ve a por ella!

No esperes que otro lo haga por ti si tú no te atreves a ir a por ella. Porque, si tú no eres capaz de ir a buscarla ¿cómo te atreves a confiar en que otro-s lo hará-n por ti?

Ve a por una escalera, que sea lo suficientemente larga, y tú solo podrás tocar la luna con tus manos… pero… busca la escalera… no te quedes en los laureles soñando con la luna, ¡actúa! Que la luna seguirá allí quieta esperándote.

Si tú realmente lo deseas, puedes ir a por la luna.

Si sólo es un deseo de palabra, una semilla de deseo que no germinará… entonces, tu sueño quedará enterrado bajo tierra, sin salir jamás a la luz. Y pasarán los años, y un día… te arrepentirás… porque podrías haber ido a por la luna… pero perdiste el tiempo pidiendo a otros que fueran a buscarla por ti… a ellos no les perdonas la falta de valor de ir a buscar la luna para ti, pero… ¿acaso eres tú diferente a ellos?… tampoco tú te atreviste a luchar por tu sueño.

Pero… siempre se puede empezar de nuevo. ¡Empieza!

No esperes nada de los demás… y si Dios te diera alguna sorpresa a través de otros, agradécelo, agradece esta ayuda, pero… sé práctico… remángate la camisa y ponte a trabajar, construye tu sueño, hazlo realidad.

¡Ve a por la luna! No está lejos para quien sabe cuál es su objetivo.

Montserrat Bellido Durán

© copyright