La Biblia 1 El hambre continuaba asolando el país. |
Meditación:
El segundo viaje de los hermanos de José a Egipto Llora el bueno ante los que le hicieron mal y que él amaba y ama, llora a escondidas porque ha sufrido tanto por su amor. Dios, Jesús, conoce del sufrimiento del amor no correspondido, ¡el de Judas!; Él, Jesús, a los doce que eligió, a todos los amaba; los eligió entre muchos de sus seguidores y de personas que encontraba a su paso, y Judas, ¡lo hizo llorar tanto! José, lloró por sus hermanos que amó y amaba, lloró amargamente por su traición y por la soledad en que se le sentenció a vivir por la envidia que su sola persona suscitaba, por ser como era. Y tú, a ti, tus hermanos te hacen llorar, porque te han apartado de ellos, porque por envidia, prefieren que llores, a hacer fiesta con todos, unidos en el amor de unos buenos padres. ¡Llora! Todos los que lloran tienen en común el Amor de Dios Padre, que tanto les Ama. ¡A ti también!, y como a todos los personajes que te he nombrado, que lloraron por amor humano, a José, y a Dios, Jesús, el Cristo, y a ti; todos pasaréis por la dicha de la reconciliación porque todos los que os dañan, llegará el día en que pedirán perdón. Judas se suicidó porque se arrepintió de su maldad; de no haberse arrepentido, no se hubiera suicidado, hubiera vivido feliz con sus treinta monedas de plata, pero las devolvió. Las historias se repiten, tantas veces; por eso, llora, pero no pierdas las esperanzas ¡JAMÁS!; y mientras no lleguen los tiempos de reconciliación, vive en paz, como hizo Jesús, Dios, y sufre con Amor. ¡Amén! P. Jesús © copyright |