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Consulta 13

X. , 54 años , de Panamá. 12/5/2008 

Bendiciones. Me siento desolada, mi hijo se fue de vacaciones y nos aviso que no vuelve. Semanas antes nos confeso que era gay, ya se le había confirmado infectación con VIH 2 años antes, fue una situación muy dolorosa y ahora no nos quiere escribir, sólo ha contactado 3 veces, me siento morir, yo le escribo todos los días y su papa también. A veces le hago saber que lo amo, otras que lo estraño y otras que estoy molesta por su silencio, ya no sé como hablarle para no alejarlo más o para que no se sienta más conmigo o nosotros. Su papa dice que simplemente él no le debe nada y que vea a ver que hace, y no estoy de acuerdo, es mi hijo. Sus hermanos lo extrañan y no saben cómo escribirle con ésta situación, él conocía de nuestra forma de creer en cuanto al homosexualismo – no correcto sino que es una sinverguenzura. Por favor guienme no sé como dirigirme, cómo hablarle, mi corazón me pide abrazarlo, besarlo y tenerlo cerca para servirle.

Respuesta de: María Durán de Bellido. 12/8/2008

Amada alma de madre, sufres y te comprendo. No tenga miedo a sufrir y acepta que te ha tocado a ti, que debes vivir estos tiempos, y que aunque tú deseas ver a tu amado hijo y besarlo, él no lo desea.

Ambas libertades están en distintas balanzas.

Cuando los polos son opuestos hay que aceptar la libertad del otro. No puedes imponerte a que regresa, a que te vea, a que vuelva, si él no quiere. Tú debes aceptárselo y ser natural, es decir, decirle lo que siente tu corazón de madre; el que lo ne3cesitas, el que desear verlo y besarlo.

Todos, toda la familia, que sea natural con él, siempre en hacer el bien. No escondáis vuestros sentimientos de amor y no os juzguéis unos a otros, es más, aceptaros cada uno como le da esta situación. Todos somos distintos y todos nos debemos dar amor unos a otros.

Y todos debemos confiar en Dios, que todo lo puede solucionar si la libertad nuestra se lo suplica y con él confía.

Nosotros vemos el cuerpo, pero a veces, se está más unido estando lejos que viviendo en la misma casa.

Mi consejo es que vivas en Gracia de Dios, y viviendo Dios contigo, entonces Dios obrará en ti y tú serás portadora de Dios en todo momento, lugar y ocasión. Tú, si tienes ganas de escribirle, le escribes, si tienes ganas de ir a verle y puedes: vas. Para amar hay toda la libertad disponible y siempre a nuestro servicio. No obligues a nadie a hacer lo que tu quieres que haga, porque Dios a todos nos ama como somos y Dios lo sabe todo. Aceptémonos, seamos buenos con todos y sobre todo con Dios que nos deja libres y si queremos darle nuestra libertad, para servirlo, Él, la acepta siempre.

Sé que estás pasando por momentos muy difíciles. Vé, ve a los brazos de Mamá María y deja que ella te consuele y te cuide en estos tiempos de dolor.

Hay veces que no podemos hacer más que lo que hacemos y rezar y esperar. Estás tú en estos tiempos, y es bueno que sepas que Dios te ama.

Dios te ama a ti.

Dios ama a tu hijo.

Y hay toda una eternidad para gozarnos en Él y con Él.

Confía en Dios.

Dile a la Virgen María que te ayude con este hijo amado. Suplícale, mendígale, y Ella, la dulce María, la llena de Gracia, te cubrirá con su Manto Sagrado de Amor.

Sigue dando buen ejemplo. Sigue escribiendo a tu hijo y dile, dile que lo amas y que hay cosas que hace, que ha hecho, que no te agradan y que no es bueno que las hiciera y que las siga haciendo, y dile que sabiendo que no se porta bien, lo amas y le pides que se porte bien, que busque el amor verdadero que es Dios.

Cada día, envíale una estampa de la Virgen María. Ella, Ella rendirá su atormentado corazón.

Que quiero mucho amiga mía.

En definitiva y en verdad cada uno de nosotros somos libres, no hay que juzgar pero si señalar y hablar del bien y del mal, y exhortar a todos a hacer el bien, haciéndolo nosotras también.

Oh, amiga mía, me fundo en ti con un gran abrazo de madres-amigas. Te quiero tanto.

Ánimo, sigue, que lo haces muy bien; sigue amando a tu hijo y enseñándole tu amor y a la vez diciéndole lo que está bien. No le digas lo que está mal, dile: “Haz lo bueno para ti: vuelve a casa y vive en castidad”. Ya Dios nos pide incluso, que ni hablemos del mal, sino siempre el bien: “Vuelve a casa porque te amamos y queremos ver tu bondad de ser bueno, de cuidarte y dar buen ejemplo”.

Sé que lo haces muy bien, y sé que lo seguirás haciendo. Eres una madre excelente; te lo digo de verdad y en serio pero los hijos son todos de y para Dios y no son nuestros; nosotros solo les damos el cuerpo y los ayudamos mientras no saben valerse por si solos, pero los hijos TODOS SOMOS DE DIOS.

Queda en paz.

Sección: Hijos