| B. , 55 años , de COLOMBIA. 8/7/2008 Apreciada Maria, saludos en Cristo Jesús. Soy madre de familia, vivo con mi esposo, mis hijos y mis nietos. Tengo mi hija la mayor que desafortunadamente se encamino mal en su relacion amorosa de ese amor son mis nietos, se separo Gracias a Dios, pero ha sufrido mucho, porque no se resiste a la renuncia de todo lo que tenia, esta proxima a graduarse de Ingeniera de Sistemas. Quiero solicitarle con humildad, tenga en cuenta a mi HIJA Y. M. A. A., para que mi Señor JESUS le regale la Bendicion para su empleo, ha sido muy humillada por su expareja pero ella a veces se deja llevar por la depresion debido a esto todo le sale mal, a veces ora, va a la MISA, pero es de muy mal genio, y se desesspera mucho por lo que le hace falta. Desde hace mucho tiempo (un año no) se confiesa, pero no atiende a ese ruego que siempre le hago. Gracias por esa ayuda espiritual |
Respuesta de: María Durán de Bellido. 2/26/2009 Bendita alma de madre buena y consciente de lo mejor para tu hija, que cuidas de ella, de su alma, de su vida entera. Dios te oye en tu constante gemir de ayuda y protección para con tu buena hija, que ha cometido errores y por ellos y con ellos ha pecado. Dios la está amando a tu hija, la está ayudando a través de ti y contigo: madre santa. Sufrir por los errores y pecados de nuestros hijos es para las madres buenas, como eres tú, bendita de Dios, y como lo es en Santa María, Madre de Dios, que llora tanto y tanto por todos nosotros, para que seamos capaces de ver lo mucho que nos ama Dios en unidad. Pasará el tiempo, y las cicatrices del orgullo herido, en tu amada hija, darán paso al sentido común y llevada de la gracia de Dios, se dará cuenta de con cuanto amor, la ama Dios Padre y Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, y tú, junto a la Virgen del Perdón, y entonces podrá perdonarse y perdonar. Que a veces uno no perdona porque no sabe perdonarse. Se equivocó y debe perdonarse no ser dios; debe acudir a Dios en el confesionario y entonces este acto de humildad la llevará a perdonarse y a perdonar y al hacer uso de la gracia del perdón podrá ver y sentir nuevamente los dones de la primavera, que siempre florece y se muestra abundante en la alegría del gozo del resurgimiento espiritual que estaba escondido bajo las sombras del invierno y sufriendo, como ahora sufre ella, y tú con ella, bendita madre, ese mismo sufrimiento la llevará a que sólo Dios es Dios y sólo Dios es Amor verdadero. Te animo querida amiga, a que sigas al lado de los que sufren; al lado de ella, de tu amada hija. Recemos para que en sus estudios y trabajo Dios le permita hallarlo y ser feliz con Él, que tanto la ama. “Padre nuestro que estás en los… … … … amén”. Eres muy buena madre e hija de Dios: Gracias por tu ejemplo. Sigue siendo luz y amor para los que sufren tanto por sus errores, por sus pecados. Se te necesita: No lo olvides jamás, ¡jamás!, mamá. Queda en paz.
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