Saltar al contenido

Consulta 7

E. , 36 años , de Ecuador. 1/20/2010

Buenas tardes, estoy en un dilema. Tengo mi novio querido muy querido por mi desde hace 6 años. A cometido errores como la infidelidad de lo cual se arrepintió y regresó conmigo, hemos estado bien, ahora quiere casarse. Yo tengo temores. miedo de que me vuelva a dejar lo amo realmente, pero a veces sin querer la duda me entra. Quiero olvidar ese mal paso pero no se como hacerlo. Mi novio se ha dado cuenta de mis celos a veces infundados y me ha planteado dejarnos de ver un tiempo, me esta probando con cosas q me pueden causar celos en su ausencia no debo verlo 3 meses. Luego de este tiempo si según ve q he cambiado quiere casarse conmigo. Yo también quiero casarme, pero como puedo hacer para limpiar mi corazon de alguna duda. He orado mucho porque cambie poco a poco lo voy consiguiendo. Ayúdeme con su consejo.

Respuesta de: Dr. Joan Antoni Mateo. 1/24/2010

Casarse siempre comporta un grado de apuesta y confianza hacia una persona. Hay que tener un criterio, un conocimiento cabal de la persona con quien vamos a contraer matrimonio pero este conocimiento nunca es total y exhaustivo. Lo importante es que ambas personas se quieran sinceramente, se acepten mutuamente con sus virtudes y defectos y que quieran contraer realmente matrimonio, es decir, establecer una comunión de vida y amor exclusiva, constante y abierta a la vida. Como cristianos hay que tener en cuenta igualmente la gracia del sacramento que les ayudará a crecer y configurarse según el mismo amor que Cristo tiene hacia su Iglesia. Yo siempre les digo a los novios que antes de casarse deben confesarse y se lo digo en un doble sentido: Recibiendo el sacramento de la penitencia y sincerándose de corazón el uno con el otro para que no hay ocultamientos y engaños sobre asuntos personales importantes. Esta será una buena manera de iniciar el matrimonio. Otro punto muy importante en la vida del matrimonio es la capacidad para comprender y perdonar. Incluso en aspectos muy serios como la infidelidad. Si hay arrepentimiento sincero y voluntad de no reincidir yo creo que es razonablemente cristiano dar otra oportunidad. Dios lo hace constantemente con nosotros. De todos modos, en su caso no sé hasta qué punto no se puede hablar de infidelidad matrimonial puesto que no hay matrimonio. Con todo, se trata de un importante asunto que deben dejar claro pues uno de los  problemas graves con que hoy nos encontramos es la promiscuidad sexual que viven muchos jóvenes desde edades tempranas y que acaba incapacitando de hecho para vivir la fidelidad matrimonial. ¿Se puede pensar razonablemente que un chico o una chica que han tenido numerosas aventuras van a cambiar de la noche a la mañana al contraer matrimonio? La castidad prematrimonial es camino de aprendizaje para el verdadero amor y hay que intentar ayudar a los jóvenes a vivirla y a no dejarse arrastrar por el ambiente. Finalmente le diré que no soy partidario de poner a prueba las personas sin una causa muy importante. Si se quieren de verdad y si quieren casarse, háganlo ya. No son buenos estos noviazgos eternos. Y si hay dudas serias, mejor no casarse. San José Manyanet, hijo de mi parroquia de Tremp, lo decía claro: Antes no te cases, mira lo que haces.