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DIOS SE APIADE DE TI

DIOS SE APIADE DE TI

Sí, Dios se apiade de ti.

Buscas destruir a los buenos de corazón,
Tienes envidia de su felicidad,
deseas robarles la libertad.

Eres malvado,
eres cruel,
eres desgraciado.

Dios se apiade de ti.

Porque perderás la batalla,
ganará el bien
y tú te hundirás por siempre, por siempre…

Entonces te acordarás de mis palabras,
mientras llores sangre,
por pago de tu gran maldad
de tu negro corazón.
Este corazón corrompido que tienes.

No te tengo miedo,
porqué sé que te voy a ganar,
ya que Dios siempre tiene la última palabra

y…
Siempre gana el Bien.

Me compadezco de ti,
malvado.

Sí,
me compadezco de ti,
que me envidias,
que me odias,
que me persigues.
eres digno de compasión,
porque vas por mal camino,
y si no rectificas
y dejas de dañarme
llorarás sangre…

Mientras,
las espinas que clavaste en mi alma…
estas espinas que me hacen sangrar y llorar el alma,
por tu maldad,
por tu odio,
por tu envidia,
me harán crecer de nuevo, como el ave fénix…

Y ya nunca más vas a poder conmigo,
pues…
he aprendido…
te he conocido.

Sé cuáles son tus artimañas,
tus engaños,
y sé…
cuáles son tus puntos débiles…

Escogiste un mal bando poniéndote en el mal
y por tal, hacerte mi enemigo.

Yo nunca te tendré miedo.

Pero tú,
vas a empezar a temblar cada vez que oigas mi nombre.
Pues ahora tú me vas a tener miedo.

Porque verás que no pudiste acabar conmigo,
pues estoy con Dios…
y como Israel,
que era temido por todos los malvados,
por ser el pueblo de Dios
y ganar todas las batallas;

Yo como él: Israel,
me agarro a Dios,
y ya no vas a poder dañarme más.

Pues, ya pasé los años en los que Dios me estuvo preparando
ahora vas a conocer el hierro del bien…
y tu podrido corazón gritará de dolor,
porque el mal no puede aguantar el bien.

Te perdono,
y pido a Dios que te perdone y se apiade de ti.

Pues ya nunca más me vas a dañar.

Montserrat Bellido Durán

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