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I. Dios revela su designio amoroso – 52

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS 

I. Dios revela su designio amoroso 

52 Dios, que «habita una luz inaccesible» (1 Tm 6,16) quiere comunicar su propia vida divina a los hombres libremente creados por él, para hacer de ellos, en su Hijo único, hijos adoptivos (cf. Ef 1,4-5). Al revelarse a sí mismo, Dios quiere hacer a los hombres capaces de responderle, de conocerle y de amarle más allá de lo que ellos serían capaces por sus propias fuerzas.

Meditación:

I. Dios revela su designio amoroso 

Dios va  a la ayuda del hombre, todo lo hace por y para que el hombre vea esa Luz que es Dios, esa esperanza que es Dios y conozca el Amor, que es Dios.

Dios se revela al hombre para que el hombre sea capaz de amarlo, ya que por sus propias fuerzas, si Dios no se revelase al hombre, el hombre no conocería el Amor, y el Amor es la esencia de Dios, el Amor es el universo de Dios, el Amor es el Reino de Dios.

Y, para que el hombre reciba este amor de Dios y Dios, debe Dios revelarse al hombre, debe Dios mostrar su amor al hombre, debe Dios amar al hombre amado de Dios.

La luz de Dios no es otra cosa que este amor de Dios que necesita el hombre para ser hombre verdadero, para ser ese primer hombre que Dios creó en Adán, ese hombre perfecto, por conocer, por tratar, por relacionarse con Dios.

Ya que Dios se relacionaba con Adán y era esa la luz que Adán veía en si mismo, la luz del amor de Dios, la luz de ser alguien importante para Dios, para que Dios le amara de tal manera que fuera su luz, la luz del hombre, el amor del hombre, la plenitud del hombre del amor de Dios para con el hombre. Y el hombre sólo puede saberlo por revelación de Dios, porque el amor debe el hombre sentirlo, y el hombre siente el amor cuando sabe de la existencia de Dios, cuando sabe que Dios se hizo hombre para rescatarlo del pecado que separa al hombre de Dios.

Amar a Dios es reconocer a Dios hecho hombre en Jesús. Nadie puede amar a Dios si no sabe que Dios le ama, de qué manera le ama, hasta entregar su vida por ese amor, para recuperar la relación, el romance, entre criatura y Creador.

Sólo la revelación de Dios puede dar luz al hombre y alumbrar su camino de santidad; sólo cuando el hombre se sabe amado por Dios, puede el hombre ver la luz.

P. Jesús

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