Saltar al contenido

II. «Yo sé en quién tengo puesta mi fe» – 151

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO TERCERO, LA RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS 

II. «Yo sé en quién tengo puesta mi fe»(2 Tm 1,12)

Creer en Jesucristo, el Hijo de Dios

151 Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en Aquel que él ha enviado, «su Hijo amado», en quien ha puesto toda su complacencia (Mc 1,11). Dios nos ha dicho que les escuchemos (cf. Mc 9,7). El Señor mismo dice a sus discípulos: «Creed en Dios, creed también en mí» (Jn 14,1). Podemos creer en Jesucristo porque es Dios, el Verbo hecho carne: «A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado» (Jn 1,18). Porque «ha visto al Padre» (Jn 6,46), él es único en conocerlo y en poderlo revelar (cf. Mt 11,27).

Meditación:

II. «Yo sé en quién tengo puesta mi fe»(2 Tm 1,12)

Creer en Jesucristo, el Hijo de Dios

Amigo cristiano, creer en Cristo es también creer en Dios Padre, al que Cristo tanto ama y tanto nos habló de Él, y escrito está todo en la Sagrada Biblia, en los Evangelios.

Fue precisamente Dios Padre, quien envió a su Hijo al mundo para redimirlo de los pecados que todos los hombres cometen; ¡todos pecan!, es la condición que hay en esta tierra después del pecado original, cometido por nuestros primeros padres, Adán y Eva. Hay que ser realistas, hay que recordar que Cristo murió por cada uno de los hombres y por sus pecados, y resucitó; ¡no te olvides, amigo, de que resucitó!; entonces, ten confianza en Cristo, que tanto ama al Padre, a Dios Padre, del que todos somos sus hijos, y que tanto ama.

Eres amado por Dios Padre y por Dios Hijo, Cristo. ¡Dios te ama, amigo!

P. Jesús

© copyright