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III. El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura – 112

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA

III. El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura

112 1. Prestar una gran atención «al contenido y a la unidad de toda la Escritura«. En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios , del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua (cf. Lc 24,25-27. 44-46).

El corazón (cf. Sal 22,15) de Cristo designa la sagrada Escritura que hace conocer el corazón de Cristo. Este corazón estaba cerrado antes de la Pasión porque la Escritura era oscura. Pero la Escritura fue abierta después de la Pasión, porque los que en adelante tienen inteligencia de ella consideran y disciernen de qué manera deben ser interpretadas las profecías (S. Tomás de A. Expos. in Ps 21,11).

Meditación:

III. El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura

Las profecías reveladas nos muestran un Dios de amor, un Dios que crea por amor y salva por amor. El Mesías es Dios mismo, en la persona de Dios Hijo Jesucristo, que vino al mundo a demostrar y mostrar el amor de Dios a su creación, a toda ella y en especial al hombre, por quien creó lo demás, para que viva. Dios quiere la vida del hombre, y da su vida para que el hombre viva, y vive el hombre que muere en la fe de que Cristo, el Mesías, es Dios, es Jesús de Nazaret, porque el amor tiene su propia expresión espiritual, y esta es la fe.

P. Jesús

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