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Morir para vivir

Morir para vivir

Vives aquí en la tierra después de estar viviendo nueve meses dentro de tu madre. Vives aquí en la tierra para demostrar qué eres realmente con tus obras y así dejar claro quién eres en verdad; porque eres lo que haces, tus actos te describen, son tus obras las que ponen sello a tu persona.

Vivimos para morir; porque un día morirá tu cuerpo y tu alma inmortal irá ante Dios para estar por siempre o en el Cielo o en el Infierno o un tiempo en el Purgatorio y después pasar al Cielo. Muchos santos nos enseñan que para poder vivir en el Cielo por siempre y ya disfrutar del amor de Dios en ti aquí en la tierra; debes morir a ti mismo. Hay que morir para vivir. Jesús en el Evangelio nos dice:

«Pues quien quiera salvar su vida, la perderá, y quien pierda la vida por mí y el Evangelio, ése la salvará» Mc 8,35

Si quieres ser feliz, tienes que ser bueno de verdad, si quieres VIVIR, tienes que ser bueno de verdad.

El que es bueno de verdad no es egoísta. Date a los demás que te necesitan por darte primero a Dios y demostrarás ser un buen hij@ de Dios, una persona de confianza, un amigo de verdad.

No vas a perder, al contrario, si te das al 100%; la vida te devolverá el 100% y Dios te premiará con el doble, porque nadie gana a Dios en generosidad.

Ya sabes: Da el 100% y ganarás el 300%, que es la suma del 100% que te devolverá la vida y el 200% que te dará Dios.

Todo por Dios.

Adelante.

Montserrat Bellido Durán

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