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Tú joven de hoy - 7. página

Ayúdate a ti mismo

Ayúdate a ti mismo

No esperes que la vida te solucione los problemas.

Ayúdate a ti mismo.

Sé valiente.

Aprende a vivir solo.

Porque solo vienes al mundo,

y solo te irás de este mundo.

Siempre solo con Dios.

Sonríe,

Dios te ama.

Dios te enseñará a vivir solo con Él.

Entonces, cuando muera tu cuerpo y viva tu alma,

no tendrás miedo,

porque siempre habrás vivido sólo por y con Dios.

Vive pensando solamente en Dios,

y así vivirás de verdad,

en la tierra y en el Cielo Eterno.

Así te ayudarás a ti mismo,

cuidarás de tu ser,

de tu alma…

Y serás solamente de Dios.

Ayuda a Dios con tu amor ayudar a los demás;

y te ayudarás a ti mismo.

Sólo Dios basta.

Montserrat Bellido Durán
© copyright

 

 

Dar buen ejemplo

Dar buen ejemplo

Es fácil juzgar los actos de los demás,

señalarlos con el dedo,

y hablar mal de ellos…

¿Y tú?

¿Das buen ejemplo?

Da buen ejemplo.

Así con silencio,

sembrarás huellas de santidad.

Y los demás,

cuando vean tus silenciosas pero firmes pisadas;

las oirán en su corazón.

Su conciencia hará “tilín”

y muchas despertarán por tu ejemplo.

¿Cómo dar buen ejemplo?

Imitando a Jesús.

Imítalo.

Cópialo.

Sigue el ejemplo de Jesús.

Conócelo bien leyendo su vida en el Santo Evangelio.

Entonces,

por conocerle,

podrás imitarle

y siguiendo su ejemplo;

DAR BUEN EJEMPLO.

No te quedes a medias.

Da buen ejemplo.

Montserrat Bellido Durán
© copyright

 

 

También tu alegría

También tu alegría

Solemos acordarnos de ofrecerle a Dios

la cruz,

el dolor…

pero,

¿Por qué a veces olvidamos ofrecerle también la alegría?

No hay que ofrecerle sólo los malos momentos,

dale a Dios también tu alegría.

Cuando estés contento,

cuando tu alma vibre de alegría,

ofréceselo a Dios,

comparte con Él tu Santa alegría.

Pues Dios se alegra de tu felicidad

y desea tu alegría.

Hazle cómplice de tus buenos momentos,

hazle compañero de toda tu vida…

No te acuerdes de Dios sólo en el dolor,

que Dios quiere vivir contigo toda tu vida.

Vive,

alégrate,

santifícate cogido de la mano con Dios.

Agradécele TODO lo que tienes.

Coméntale tus sueños.

Pídele en tus oraciones.

Dile que le amas.

Dale a Dios también tu alegría.

Montserrat Bellido Durán
© copyright

 

 

Confía en Dios

Confía en Dios

Pasamos la vida intentando encontrar a esa persona en la que poder confiar.

Necesitamos unirnos a alguien para sentirnos queridos y saber que no estamos solos.

Alguien en quien poder confiar.

Alguien que esté allí cuando le necesitemos.

Alguien que sea el poste donde sabemos que siempre podremos apoyarnos.

Alguien que nunca nos va a defraudar.

Y muchas veces buscamos este alguien en las personas…

No te apoyes en las personas,

pues todas, como tú necesitan una Fuerza Mayor en quien poder confiar.

Todas, como tú y yo, nos equivocamos y fallamos muchas veces…

Apóyate en Dios.

Confía en Dios.

Y pon caridad en tu trato con los demás, aceptando que como tú y yo, todos fallamos.

Pon Dios por encima de los demás y así,

por no poner a los demás en el lugar que le corresponde a Dios: el Primero;

Amarás a Dios sobre todas las cosas y a los demás como a ti mismo,

por saber y aceptar que todos son como tú, personas…

y que el Primer lugar es para Dios.

Las personas no son ese apoyo incondicional que sí es Dios

y que por la naturaleza que hay en tu alma; buscas y anhelas

y que muchas veces lo confundes y lo pones en los hombres,

cuando es en Dios en quien debes ponerlo.

Confía en Dios.

Dale a Él TODA tu alma

TODO tu cariño

TODAS tus fuerzas

TODA tu vida

Y nunca saldrás defraudado.

Cuando te fallen las personas,

como tú muchas veces les fallas,

no te dolerá tanto,

por aceptar que son personas como tú

y no son Dios.

De esta forma,

con paz y caridad,

las personas nos podemos ayudar a ser mejores.

Y así…

Serás feliz en este mundo y muchas más millones y millones de veces feliz en el Cielo.

Montserrat Bellido Durán
© copyright

 

 

Arriba las manos

Arriba las manos

¡Arriba las manos!!

¿Qué te propones?

NO TE DUERMAS

Dios te está esperando,
te necesita despierto.
Dormido puedes tropezarte,
no verás bien por donde andas.

Abre los ojos.
Y mira por donde pisas,
pues el demonio te tenderá trampas
para que no puedas llegar al Cielo
y ser por Siempre Feliz de Verdad.

Aprende a cabalgar solo en la vida.

Sé el llanero solitario que sigue el camino de Dios.

No te preocupes.

Pídele ayuda a Dios,
y Él te la dará.

Dios te conducirá hasta la mina de la felicidad
si tú te abandonas a Él.

Abandónate a Dios,
Él guiará las riendas.

Deja que la Divina Providencia te marque el terreno
y SÍGUELO!

Montserrat Bellido Durán
© copyright