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10 Biblia y meditación

La Biblia
El comienzo del Diluvio
Génesis 7, 6-16.

Capítulo 7

6 Cuando las aguas del Diluvio se precipitaron sobre la tierra, Noé tenía seiscientos años.
7 Entonces entró en el arca con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del Diluvio.
8 Y los animales puros, los impuros, los pájaros y todos los seres que se arrastran por el suelo,
9 entraron por parejas con él en el arca, como Dios se los había mandado.
10 A los siete días, las aguas del Diluvio cayeron sobre la tierra.
11 Noé tenía seiscientos años, y era el decimoséptimo día del segundo mes. Ese día, desbordaron las fuentes del gran océano y se abrieron las cataratas del cielo.
12 Y una fuerte lluvia cayó sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches.
13 Ese mismo día, habían entrado en el arca Noé, sus hijos, Sem, Cam y Jafet, su mujer y las tres mujeres de sus hijos;
14 y junto con ellos, los animales de todas las especies: las fieras, el ganado, los reptiles, los pájaros y todos los demás animales con alas.
15 Todas las clases de seres que están animados por un aliento de vida entraron con Noé en el arca; y lo hicieron por parejas,
16 machos y hembras, como Dios se lo había ordenado. Entonces el Señor cerró el arca detrás de Noé.

Meditación:

El comienzo del Diluvio – Génesis 7, 6-16. 

Por parejas salvó Dios a las bestias, a todo ser que está animado por el aliento de vida.

Las piedras no tienen pareja; no hay sexo en ellas, no hay aliento de vida, son siempre, desde el principio son, están.

Las plantas no están siempre en el mundo, pero no son seres animados, no son independientes por el aliento de vida, esperan siempre la voluntad de otros, necesitan ser parte de una comunidad.

Los seres vivos que están animados por el aliento de vida forman parejas y con ellas crean familias de un mismo clan, deciden según su naturaleza y luchan por la supervivencia, por eso pudieron ir, subir al Arca; cada quien con su pareja de distinto sexo, para hacer familia, comunidad.

No eran homosexuales, no son homosexuales los animales para procrear. Y si no hay procreación natural no son familia, por no haber pareja; pueden ser dos o ser un grupo, pero no son familia ni pareja al no poder procrear.

Dios hizo las cosas así, y así son. Ni las leyes civiles pueden cambiar la verdad eterna de las especies, que continúan por la unión sexual de las parejas.

Si todos fueran homosexuales y nada más que homosexuales, el mundo se acabaría en cien años. Las especies no procrearían y con el último ser animado por el aliento de vida, se terminarían los seres vivos.

Al pensar en el fin del mundo, que vendrá por la mano del hombre, se piensan en guerras, en la destrucción el planeta tierra, en el caos del universo. Y si entre los homosexuales y una epidemia de esterilidad invadiera al hombre: en cien años se acabaría el mundo. ¿Podría esto pasar? ¿Es más posible que pase esto a que el cosmos deje de obedecer a Dios? Se piensa en el Agujero Negro, el los efectos de la luz solar, y se va induciendo al hombre a dejar su natural de pareja bisexual, para unirse en el placer carnal de la homosexualidad; luego las madres evitan los hijos por métodos antinaturales, y abortan a sus niños, se suicidan y piensan en la eutanasia, vienen virus nuevos y… ¿Podría ser que lo que ahora repudian, que es dar la vida, llegase el día que por a o por b, no se pudiera ejercer el don de engendrar? ¿Qué pasaría? ¡Sólo cien años de vida y el hombre desaparecería de la tierra? Sólo quedaría un desierto y los seres vivos seguirían viviendo, pero él hombre tal y como es hoy no existiría. Puede que algunos digan o piensen que del mono saldría una nueva especie de hombre y, ¿por qué no ha salido aún jamás una nueva especie de hombre, ¿Cuántos billones de años se necesita para formar una especie humana a semejanza de Dios?

Matan, mueren, quitan la vida, y la escuela de la muerte enseña sus dientes: se tragan a los seres vivientes, hombres y especies de animales animadas por el aliento de vida. ¿Alguien puede sacar vida de la nada, sin nada? Nadie.

P. Jesús

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