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23 Biblia y meditación

La Biblia
La campaña de los cuatro reyes
Génesis 14, 1-24

Capítulo 14

1 En tiempos de Amrafel, rey de Senaar, de Arioc, rey de Elasar, de Quedorlaomer, rey de Elam, y de Tidal, rey de Goím,
2 estos hicieron la guerra contra Berá, rey de Sodoma, Birsá, rey de Gomorra, Sinab, rey de Admá, Zeméber, rey de Seboím, y contra el rey de Belá, es decir, de Soar.
3 Todos ellos se concentraron en el valle de Sidím, que ahora es el mar de la Sal.
4 Durante doce años, habían estado sometidos a Quedorlaomer, pero al decimotercer año se rebelaron.
5 Y en el decimocuarto año, Quedorlaomer y los reyes que los acompañaban llegaron y derrotaron a los refaítas en Asterot Carnaim, a los zuzíes en Ham, a los emíes en la llanura de Quiriataim,
6 y a los hurritas en las montañas de Seír, cerca de El Parán, en el límite con el desierto.
7 Luego dieron vuelta hasta En Mispat –actualmente Cades– y sometieron todo el territorio de los amalecitas, y también a los amorreos que habitaban en Hasasón Tamar.
8 Entonces el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Admá, el rey de Seboím, y el rey de Belá –o Soar– avanzaron y presentaron batalla en el valle de Sidím
9 a Quedorlaomer, rey de Elam, a Tidal, rey de Goím, a Amrafel, rey de Senaar, y a Arioc, rey de Elasar. Eran cuatro reyes contra cinco.
10 El valle de Sidím estaba lleno de pozos de asfalto. Al huir, los reyes de Sodoma y Gomorra cayeron en ellos, mientras ya los demás escaparon a las montañas.
11 Los invasores se apoderaron de todos los bienes de Sodoma y Gomorra, y también de sus víveres. Y cuando partieron,
12 se llevaron a Lot, el sobrino de Abram con toda su hacienda, porque él vivía entonces en Sodoma.
El rescate de Lot
13 Un fugitivo llevó la noticia a Abram, el hebreo, que estaba acampado en el encinar de Mamré, el amorreo, hermano de Escol y de Aner; estos, a su vez, eran aliados de Abram.
14 Al enterarse de que su pariente Lot había sido llevado cautivo, Abram reclutó a la gente que estaba a su servicio –trescientos dieciocho hombres nacidos en su casa– y persiguió a los invasores hasta Dan.
15 El y sus servidores los atacaron de noche, y después de derrotarlos, los persiguieron hasta Jobá, al norte de Damasco.
16 Así Abram recuperó todos los bienes, lo mismo que a su pariente Lot con su hacienda, las mujeres y la gente.
El encuentro de Abrám con Melquisedec
17 Cuando Abram volvía de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que lo acompañaban, el rey de Sodoma salió a saludarlo en el valle de Savé, o sea el valle del Rey.
18 Y Melquisedec, rey de Salem, que era sacerdote de Dios, el Altísimo, hizo traer pan y vino,
19 y bendijo a Abram, diciendo: «¡Bendito sea Abram de parte de Dios, el Altísimo, creador del cielo y de la tierra!
20 ¡Bendito sea Dios, el Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!». Y Abram le dio el diezmo de todo.
21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: «Entrégame a las personas y quédate con los bienes».
22 Pero Abram le respondió: «Yo he jurado al Señor Dios, el Altísimo, creador del cielo y de la tierra,
23 que no tomaré nada de lo que te pertenece; ni siquiera el hilo o la correa de una sandalia. Así no podrás decir: «Yo enriquecí a Abram».
24 No quiero nada para mí, fuera de lo que mis servidores han comido. Solamente los hombres que me han acompañado, Aner, Escol y Mamré, recibirán su parte».

Meditación:

La campaña de los cuatro reyes

En aquellos tiempos, aunque las cosas fueran como en estos tiempos, en aquellos se resolvían de manera distinta los conflictos y las envidias.

El envidioso iba en busca de lo que deseaba y, por la fuerza, lo poseía; hoy en día, el envidioso arrastra al que envidia a su decadencia, a su perdición. Hoy en día, el hombre es atacado desde dentro de su cuerpo por la guerra psicológica de los envidiosos que mandan campañas y combates al hombre por medio de mensajes repetitivos y dando poder al mal ejemplo. Hoy en día la batalla se libra dentro de uno mismo por el poder de la influencia de los malos espíritus que agreden al alma para aniquilarla por completo y no recuerde la faz de su Creador, de Dios.

Las batallas son con la ciencia, la pornografía, el laicismo y religiones falsas, como falsas ideologías y filosofías.

Y debe un hermano ir en ayuda de otro, no con batalla y espada, sino con ejemplos de piedad y amor al Dios verdadero.

Debe el alma ser protegida por la fe a un solo Dios: Yahvé.

P. Jesús

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