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37 Biblia y meditación

La Biblia
Los descendientes de Najor
Génesis 22, 20-24

Capítulo 22

20 Después de un tiempo, Abraham recibió la noticia de que también Milcá había dado hijos a su hermano Najor:

21 Us, su primogénito; Buz, hermano de este; Quemuel, padre de Aram,

22 y además Quésed, Jazó, Pildás, Idlaf y Betuel.

23 Este último fue padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que Milcá dio a Najor, el hermano de Abraham.

24 Además, Najor tenía una esclava llamada Reumá, que fue madre de Tébaj, Gajam, Tajas y Maacá.

Meditación:

Los descendientes de Najor

Tan importante es la descendencia para los hombres, que incluso tenía esclavas para que le dieran hijos. La vida, la continuación de un linaje, de una estirpe, de un pueblo, de un siervo de Dios, siempre es importante para que el mundo no le olvide, para que de padres a hijos quede y pase el recuerdo de su vida, de sus buenas obras.

Hoy en día, como las obras de muchos son vulgares, no necesitan hijos para recordarlas, para que las pongan en práctica. Cada estirpe tenía su sello, su razón de ser, de existir, su pacto con Dios. Hoy en día, la sinrazón es el pan de cada día, en vez de buscar el pan de la Eucaristía, antes se vivía, el hombre santo vivía para ir propagando la alianza con Dios, pero hoy ¿quién sella alianza con Dios? Muchos sellan alianzas con mundanos, muchos reniegan de Dios y se hacen dios de si mismos o siguen a dioses falsos; incluso los mismos elegidos se mezclan y viven el paganismo, ya no conocen el rostro de su Dios, de Jesús en el madero, crucificado y lleno de sangre y lágrimas. Hoy no se quiere sufrir, se quiere vivir; y no se vive para siempre, nadie ha vivido para siempre, ni vivirá para siempre en esta vida; todos deben de pasar por la muerte. Entonces, la vida del hombre es para Dios, no para si mismo; el hombre vive para propagar el Amor de Dios, ya sea en sus hijos o en sus palabras. Dios, la Palabra, que es Jesús, quiere ser propagada de padres a hijos, tiene que enseñar a cada familia a tener su sello, su alianza con Dios, porque cada varón tiene su misión y cada mujer tiene su destino en la vida: ayudar al hombre, ya sea a Dios Hijo o al hombre que elija por esposo, y en esta ayuda cumple su misión, porque la mujer tiene la capacidad de servir y gozarse en el servicio, y el hombre tiene la capacidad de servir a Dios y cuidar de la mujer y los hijos de los dos.

Quien tenga sano discernimiento, entienda y aprenda, y obre según su conciencia, pero antes la limpie de impurezas, de las trampas de Satanás.

P. Jesús

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