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51 Biblia y meditación

La Biblia
Huída de Jacob a Mesopotamia
Génesis 28, 1-5

Capítulo 28

1 Por eso, Isaac llamó a Jacob, lo bendijo, y le ordenó: «No te cases con una mujer cananea.
2 Ve ahora mismo a Padán Aram, a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y elige para ti una mujer entre las hijas de Labán, el hermano de tu madre.
3 Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te dé una descendencia numerosa, para que seas el padre de una asamblea de pueblos.
4 Que él te dé, a ti y a tu descendencia, la bendición de Abraham, para que puedas tomar posesión de la tierra donde ahora vives como extranjero, esa tierra que Dios concedió a Abraham».
5 Luego Isaac despidió a Jacob, y ese se fue a Padán Aram, a casa de Labán, hijo de Betuel, el arameo, y hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú.

Meditación:

Huída de Jacob a Mesopotamia

Haz caso a Isaac y busca en tu cónyuge a una persona de tu misma fe, y socórrelo con tu piedad y bondad, para que la paz viva en tu corazón, en tu casa, y la sonrisa salga por tus labios. Sé feliz en esta corta vida. Vívela haciendo el bien. Que la experiencia de Isaac y Rebeca te sirva de experiencia, porque cuando dos se casan, la familia de cada uno tiene mucho que ver, y padece la influencia de todos. La sociedad familiar es real, tangible, se vive y se sufre por los demás, con los demás. Estáte atento a la experiencia que la historia te proporciona, y sé listo-a para que vivas muchos más años feliz y con la conciencia tranquila.

Dios quiere que te santifiques con tu piedad, con tu caridad, y no que pongas más cruces a tu cruz, por no estar pendiente de la realidad de la vida, esa que te dice que, con quien te cases, te puede hacer muy feliz o te puede amargar la existencia. Dios quiere tu felicidad y te deja libre para escoger, y siempre debes escoger con el corazón lleno de amor, jamás sin contar con el corazón y la razón; pero la razón, que también esté, no la dejes de lado, porque en el día amargo uno puede perder la razón por haber hecho caso sólo a la pasión, que muchos llaman al “corazón”. Otra cosa es el corazón, el corazón es sentir amor, y no hay que confundir el amor con la sóla pasión; si la persona que te hace llenar de pasión, no te da momentos de paz en donde se te respeta como persona y se te acepta como eres, sin quererte cambiar para peor, sin querer que renuncies al amor Verdadero, que es Dios, entonces, es sólo pasión, no es amor, porque el amor es el sentimiento que contiene la paz de Dios por la caridad de trato. Manténte unido a tu fe, y ama a quien te comprenda y te acepte como eres, ayudándote con sus palabras y afectos a ser mejor persona. Sigue el consejo de Isaac, busca para cónyuge a alguien de tu misma familia espiritual; la fe une más que el amor, porque la fe es donde el amor es fiel, benigno y dulce en la vejez.

P. Jesús

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