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98 Biblia y meditación

La Biblia
La designación de José como primer ministro
Génesis 41, 37-49

37 La respuesta agradó al Faraón y a todos sus servidores.
38 Por eso el Faraón les dijo a estos: «¿Podemos encontrar otro hombre que tenga en igual medida el espíritu de Dios?».
39 Y dirigiéndose a José, le expresó: «Ya que Dios te ha hecho conocer todas estas cosas, no hay nadie que sea tan prudente y sabio como tú.
40 Por eso tú estarás al frente de mi palacio, y todo mi pueblo tendrá que acatar tus órdenes. Sólo por el trono real seré superior a ti».
41 Y el Faraón siguió diciendo a José: «Ahora mismo te pongo al frente de todo el territorio de Egipto».
42 En seguida se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José; lo hizo vestir con ropa de lino fino y le colgó al cuello una cadena de oro.
43 Luego lo hizo subir a la mejor carroza después de la suya, e iban gritando delante de él: «¡Atención!» Así le dio autoridad sobre todo Egipto.
44 El Faraón dijo a José: «Yo soy el Faraón, pero nadie podrá mover una mano o un pie en todo el territorio de Egipto si tú no lo apruebas».
45 Luego impuso a José el nombre de Safnat Panéaj, y le dio por esposa a Asnat, la hija de Potifera, sacerdote de la ciudad de On. Y José fue a recorrer el país de Egipto.
46 Cuando se puso al servicio del Faraón, rey de Egipto, José tenía treinta años. José se alejó de la presencia del Faraón e hizo un recorrido por todo el territorio de Egipto.
47 Durante los siete años de abundancia, la tierra produjo copiosamente,
48 y él reunió todos los víveres recogidos en esos siete años y los almacenó en las ciudades, depositando en cada una de las cosechas de los campos vecinos.
49 De esa manera, José acumuló una enorme cantidad de cereales, tanto como la arena del mar, hasta tal punto que dejó de llevar un control, porque superaba toda medida.

Meditación:

La designación de José como primer ministro

Sufrir con paciencia y resignación, esto hizo José, siempre acordándose de su Dios, Javeh, siempre orando y siendo puro y casto, por eso Dios lo puso encima de otros muchos, lo bendijo dándole el entendimiento de los sueños y con este don hizo mucho bien, como bien sabemos, y aquí, en la lectura de hoy, vemos como Dios le dio el premio de su constancia, el que todo lo que dijo al Faraón referente a su sueño, agradase y fuera valorado como lo que era, ¡un mensaje divino!, para que preparados de antemano, las gentes no murieran de hambre, cuando pasados los siete años de abundancia, llegasen los siete años de escasez. Y, agradecido el Faraón por el aviso de Dios, que le dio en sueños, y José interpretó, llevó el Faraón a José al alto cargo, después de él, y lo presentó ante el pueblo y le dio mujer por esposa. Toda su vida cambió, por el sueño del Faraón que necesitó de su interpretación. Así ocurre con las oportunidades de los hombres, ¡de ti!, que si eres puro y casto, fiel a Dios, aún ante las grandes o pequeñas contrariedades de tu vida, Dios te dará grandes alegrías, si resistes con paciencia, humildad, esperanza y caridad, tus malos tiempos; porque Dios puede hacer distintos tus días, completamente diferentes, cuando Él quiere y si te conviene. Ten fe, y ¡vive!

P. Jesús

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