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Bendito Dios de amor

 

BENDITO DIOS DE AMOR

Bendito Dios de amor,
que desatas la lengua del arrepentido,
del arrepentido que aún en el castigo
se esfuerza en cumplir contigo,
y te proclama Dios bendecido,
porque él quiere,
que tu deseo sea cumplido.
Se llamará Juan, no Zacarías,
-tal como le indicó tu ángel Gabriel-,
y lo escribió en unas  tablillas,
y de mudo pasó a hablar,
exaltando tus maravillas.

Bendito Dios de amor,
que desatas la lengua del arrepentido,
del arrepentido que aún en el castigo
se esfuerza en cumplir contigo,
y te proclama Dios bendecido.

Zacarías a Dios le rezaba,
por el milagro de tener un hijo;
vino el ángel y le dijo,
«tu plegaria ha sido escuchada,
Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo,
será para ti gozo y regocijo,
le pondrás por nombre Juan,
y por él, muchos hijos de Israel,
a Dios se convertirán».
Y aún oyendo, lo que tanto a Dios suplicaba,
dudó…:
“¿Y qué señal tendré yo de esto?
Porque yo soy ya viejo,
y mi mujer en edad avanzada”.

Y quedó mudo por no creer,
lo que de parte del Señor,
dijo el Ángel que iba a suceder,
«(…)hasta el día en que esto se cumpla»,
Zacarías no podrá hablar,
hasta que llevaron al niño a circuncidar;
«Juan es su nombre», escribió,
y al punto… su lengua se desató.

Bendito Dios de amor,
que desatas la lengua del arrepentido,
del arrepentido que aún en el castigo
se esfuerza en cumplir contigo,
y te proclama Dios bendecido.

 

Patricia Bellido Durán
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