Saltar al contenido

¿Por qué?

 

¿POR QUÉ?

¿Por qué, mi Dios?
¿Por qué me quieres Tú a mí?

¿Por qué motivo, oh mi Señor,
me amas tanto a mí, pobre pecador?
¿por qué, sin merecerlo,
 me das tu vida en sacrificio?
…pasando antes por cruel suplicio,
recibiste Tú mi castigo,
para evitarlo yo,
en mi final juicio,
si te acepto, si te sigo…
¿por qué vienes a salvarme, Jesús?

¿Por qué, si nada soy,
si nada valgo yo por mí?
¿Por qué me ofreces la Eternidad?
….siendo Tú, infinita Bondad
¿por qué me miras?
¿por qué reparas en mí?
…¿por qué este milagro de vida,
por qué toda tu ayuda y tu amor,
recibo yo cada día,
de Ti, Todopoderoso Creador?

El Tesoro de Tu Madre me entregas,
la más pura, la más bella,
ahora será mi Mamá,
¿la Santísima por excelencia,
pendiente de mí?,
¿por qué, si de su presencia
soy tan indigno, como de sus cuidados?
Pero ¡gracias!, ¡oh Dios bendito!,
porque Tú sabes que la necesito,
ME LO DAS TODO POR AMOR,
¡Alabado seas, Dios!

Tú me amas, me creaste,
¡alabado seas, Dios!
Tú, Gloria infinita,
me rescatas y el Cielo me das,
¡alabado seas, Dios!

Tú, esencia del Amor y la Verdad,
Tú… único Dios, Santísima Trinidad,
me amas, me amas…
¡Me amas!
Tú me amas con todo tu ser Omnipotente,
TÚ ME AMAS, Y ERES DIOS
¡alabado seas, por perpetuidad!

 

Patricia Bellido Durán
© copyright