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Puntos meditados - 10. página

CATECISMO MEDITADO por el P. Jesús

I. La Tradición apostólica – 75

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

75 «Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los Apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que el mismo cumplió y promulgó con su boca» (DV 7). 

Meditación:

I. La Tradición apostólica

Dios, Jesús, el Verbo, habló y obró el Evangelio. Tú, aprende el Evangelio, lee y aprende, deja que Cristo te hermane; sufre como sufrió Dios mismo, Jesús, y resucitarás como Él resucitó, porque tu alegría está en proclamar el Evangelio, en vivir el Evangelio, porque sabes que no vas a vivir para siempre en este mundo, nadie lo ha hecho ni lo hará; el mismo Dios, Jesús, murió y resucitó, y la Virgen María, llena de Gracia concebida, subió a los Cielos. Nadie se queda aquí en este mundo, ¿para qué quedarse en la tierra si nos espera el Reino de los Cielos, ¡la Patria del Cristiano!? ¡Ánimo hermano-a, Dios, el Verbo, ya habló y obró, dejándonos el Evangelio.

P. Jesús

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I. La Tradición apostólica – 76

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

La predicación apostólica… 

76 La transmisión del evangelio, según el mandato del Señor, se hizo de dos maneras:

— oralmente: «los apóstoles, con su predicación, sus ejemplos, sus instituciones, transmitieron de palabra lo que habían aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espíritu Santo les enseñó»; 

— por escrito: «los mismos apóstoles y otros de su generación pusieron por escrito el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo» (DV 7).

Meditación:

I. La Tradición apostólica 

La predicación apostólica… 

Lee lo que dejaron como constancia de su fe los Apóstoles, lee y medita, y deja que Dios Espíritu Santo te haga de guía. Sabrás si es Él quien te acompaña, si obras bien, si vives en Gracia de Dios, si eres delicado en palabras y obras con las personas que amas, y con todas las demás también. Recuerda que todo lo que haces y dices, Dios lo ve. Ten paciencia, porque hay personas que sufren mucho, ¡más que tú! Y es que debes hacer vivo el Evangelio en ti, en tu vida. Ten paciencia y trata a todos como quieres que te traten, y si no sabes cómo hacerlo, porque te tratan mal y nadie te da ejemplo, aprende de Jesús, el Cristo, el que es tu verdadero Amigo.

P. Jesús

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I. La Tradición apostólica – 77

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

… continuada en la sucesión apostólica

77 «Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los apóstoles nombraron como sucesores a los obispos, ‘dejándoles su cargo en el magisterio'» (DV 7). En efecto, «la predicación apostólica, expresada de un modo especial en los libros sagrados, se ha de conservar por transmisión continua hasta el fin de los tiempos» (DV 8).

Meditación:

I. La Tradición apostólica 

… continuada en la sucesión apostólica

¿Ya rezas por tu Obispo?, ¿por los obispos?, ¿o más bien les tienes manía por ser lo que son: los sucesores de los Santos Apóstoles? Debes de saber que los obispos tienen el santo deber de guardar la fe, siendo fieles al Magisterio de la Iglesia, pase lo que pase. Tus oraciones y tu voluntad tienen que estar siempre, siempre, con el Obispo de Roma y tu obispo del lugar. Ellos, los obispos, tienen que conservar siempre vivo y entero el Evangelio.

P. Jesús

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I. La Tradición apostólica – 78

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

78 Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo es llamada la Tradición en cuanto distinta de la Sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella. Por ella, «la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree» (DV 8). «Las palabras de los Santos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradición, cuyas riquezas van pasando a loa práctica y a la vida de la Iglesia que cree y ora» (DV 8).

Meditación:

I. La Tradición apostólica

Y lógicamente, la Biblia está cerrada, pero la vida cristiana sigue, la Iglesia está viva y es floreciente siempre, sin olvidarse de su historia, que guarda la tradición apostólica de los años vividos hasta hoy. Nadie en sus cabales, rechazaría o escondería la tradición que demuestra y muestra al mundo de hoy que la Iglesia sigue unida a través del tiempo por el Espíritu Santo, que la dirige por el Santo Pontífice, el que lleva el báculo de la fe y lo une al Magisterio, por el Evangelio. ¡Viva Cristo Rey!

P. Jesús

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I. La Tradición apostólica – 79

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

79 Así, la comunicación que el Padre ha hecho de sí mismo por su Verbo en el Espíritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia: «Dios, que habló en otros tiempos, sigue conservando siempre con la Esposa de su Hijo amado; así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo» (DV 8).

Meditación:

I. La Tradición apostólica

La Esposa de Cristo, que es la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, ¿por qué es esposa y no hija o amiga? Porque el Amor de Cristo por la Santa Madre Iglesia es un Amor de entrega, servicio, de amor y unión indisoluble, fiel, íntegro, entero, complementario, compenetrado, y todo para bien en ser dos en uno con Dios. En este caso, ser la Iglesia: todos los bautizados de todos los tiempos, unidos a Dios Hijo, Cristo, por el sufrimiento y la entrega y la unión del Amor, y los dos, en Dios, en Dios Uno y Trino. No puede ser la Iglesia la hermana de Dios, ni la amiga de Dios, porque ambos se pertenecen uno al otro, como esposos fieles en la libertad de cada uno, y en los dos con Dios, que une en Cristo todo sacrificio, toda oración y fe; la entrega de ambos en un nombre: Jesús, el Mesías, el Salvador del mundo, de los que quieren salvarse y, por quererlo, se bautizan, o bautizan, en unión indisoluble de la criatura a Dios, Uno y Trino, por el Bautismo. Hay también el bautismo de deseo, del que desea hallar la Verdad, aunque puede que se halle perdido en la fe, o por haber nacido de unos padres que tienen otra fe o en un país donde no hay fe. Os hablaré del bautismo de deseo, que es desear estar y vivir la Verdad, y eso sólo lo sabe Dios; sólo Dios sabe el deseo del hombre, de la persona. Dios sabe cual es tu deseo y te ayuda a realizarlo, o acepta que donde estás, o en las condiciones que vives, no lo recibas, no por tu causa, sino por factores externos; pero Dios, viendo tu corazón acepta tu deseo de bautizarte en la fe verdadera y te acepta en su Iglesia, la Católica, Apostólica y Romana. Y ya te he contado hoy, ahora, el Bautismo de deseo, así que ya lo sabes, y no hace falta que te cuente más sobre ello.

La Iglesia desea a Dios, como la Esposa que es de Cristo, y vive con Jesús, Dios, el romance entre criatura, y Creador.

La Iglesia es la Esposa de Cristo, porque el Amor de Dios es para una perfecta y única unión. Y como tú eres bautizado, tú perteneces exclusivamente a Cristo, eres de Dios con unión indisoluble, para la dicha de vivir, en la tierra y en el Cielo, este amor Eterno con que Dios te Ama, este Amor sin fin.

P. Jesús

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