– PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE Artículo 2 LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA I. La Tradición apostólica 75 «Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los Apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que el mismo cumplió y promulgó con su boca» (DV 7). |
Meditación:
I. La Tradición apostólica Dios, Jesús, el Verbo, habló y obró el Evangelio. Tú, aprende el Evangelio, lee y aprende, deja que Cristo te hermane; sufre como sufrió Dios mismo, Jesús, y resucitarás como Él resucitó, porque tu alegría está en proclamar el Evangelio, en vivir el Evangelio, porque sabes que no vas a vivir para siempre en este mundo, nadie lo ha hecho ni lo hará; el mismo Dios, Jesús, murió y resucitó, y la Virgen María, llena de Gracia concebida, subió a los Cielos. Nadie se queda aquí en este mundo, ¿para qué quedarse en la tierra si nos espera el Reino de los Cielos, ¡la Patria del Cristiano!? ¡Ánimo hermano-a, Dios, el Verbo, ya habló y obró, dejándonos el Evangelio. P. Jesús © copyright |