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Poesía - 3. página

Tú joven de hoy

TENGO FRÍO

TENGO FRÍO

Tengo frío…
es un frío extraño.
No es como los fríos de invierno.
Es un frío silencioso y profundo.

Un frío que…
Entra en el alma y
cogiéndola de la mano,
la libera de la mentira
y la hace princesa de libertad.

No sé…
pero le estoy cogiendo cariño a este frío.
Este frío que hiela y no mata,
este frío que no quema,
este frío que conoce lo que siento,
este frío que sabe de mi pesar.

Frío…
quédate aquí conmigo,
y sé amigo de este tiempo desconocido.

Ya no te temo…

Aunque no veo tu rostro,
sé que estás a mi lado para bien.
Y te siento en la compañía
de lo que algunos llamarían la soledad mía.

Te oigo murmurar en el silencio del tiempo.
Te oigo llorar cuando crees que estoy durmiendo.

Quédate conmigo amigo frío.
Y juntos,
veremos el amanecer de mañana.

Montserrat Bellido Durán

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NIÑA JUDÍA

NIÑA JUDÍA

Niña judía de mi corazón…
Niña Santa de mi amor…

Niña que enamoraste a Dios
con la pureza de tu alma,
con la dulzura de tu ser.

Niña de Dios.
Niña preciosa.
Niña flor del jardín de Yahvé.

En Ti Dios puso sus ojos.
En Ti Dios nos dio la esperanza.

Niña hermosa,
Niña buena,
deja que bese tus pies,
Deja que acaricie tus manos.

Niña judía de mi corazón,
te doy mi vida,
mi  razón.

Dame a Jesús
y  yo,
con lágrimas de alegría,
lavaré el suelo que pisas.

¡Te amo Niña judía!
¡Te amo Virgen María!

Montserrat Bellido Durán

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JAMÁS DESESPERES

JAMÁS DESESPERES

No desesperes corazón mío,
aguanta y resiste todo mal y hastío.

Pues no hay nada que Dios no tenga en cuenta.
Porque es tu Padre y sabe qué podría romperte,
porque es Amor y te quiere con el alma contenta.

¿Que te sientes impotente?

Eso es natural para quien le falta fe.
Te falta fe, alma buena,
pídele a Dios con fervor la fe,
y Él hará que en tu corazón haya fe.

Sé feliz corazón, en tu dolor,
que es el dolor bien recibido y ofrecido;
quien purifica nuestra alma y la llena de amor,
de amor que por Dios es bendecido.

Sufre en paz corazón,
que cada mal bien recibido; 
trae tras de sí una alegría.

Montserrat Bellido Durán

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Una Flor

UNA FLOR

Cada mañana cuando me despierto observo las flores que hay en el jardín. Esas pequeñas flores que cada mañana me dan los buenos días con sus colores, que bañados con la aurora del alba me hacen feliz por recordarme que Dios las creó para que en ellas viera que me quiere.

Me las quiero tanto a esas flores, las quiero y envidio…ya sé que parece ridículo que las envidie, pero…

 ¿Por qué no brotar de la tierra como la pequeña violeta?…

¿Alfombrar verdes prados que antes habían sido desiertos polvorientos?…dejar que el viento peine mis pétalos con la alegría del crepúsculo al amanecer. Que el cielo me sonría con sus brillantes luceros nocturnos en las noches primaverales. Sentir la tierra con mis raíces, y amarla, por ser quien me da fuerza y firmeza, por ser quien me mantiene en pie, quien recoge el agua de las delicadas lluvias y de las vigorosas tempestades para darme de beber cuando tengo sed…

…¿Quién pudiera ser flor para gozar de estas cosas que llenan el alma?…

Salir del fondo y crecer hacia el celeste firmamento, sonreír al mundo y ser mensaje de  esperanza, que es quien me mantuvo viva por ser silvestre, libre de jardineras y vallas, y de la mano de la naturaleza que bien me ha cuidado…

…Pequeña pero fuerte, me aferro al suelo y persevero para poder ver el sol y dejar que me abrigue con sus dulces y calurosos rayos de luz y vida, que es vida porque da vida y es Dios por ser el Sol de mis días…

Esa es la flor que yo quiero ser…

Montserrat Bellido Durán

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