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Una Flor

UNA FLOR

Cada mañana cuando me despierto observo las flores que hay en el jardín. Esas pequeñas flores que cada mañana me dan los buenos días con sus colores, que bañados con la aurora del alba me hacen feliz por recordarme que Dios las creó para que en ellas viera que me quiere.

Me las quiero tanto a esas flores, las quiero y envidio…ya sé que parece ridículo que las envidie, pero…

 ¿Por qué no brotar de la tierra como la pequeña violeta?…

¿Alfombrar verdes prados que antes habían sido desiertos polvorientos?…dejar que el viento peine mis pétalos con la alegría del crepúsculo al amanecer. Que el cielo me sonría con sus brillantes luceros nocturnos en las noches primaverales. Sentir la tierra con mis raíces, y amarla, por ser quien me da fuerza y firmeza, por ser quien me mantiene en pie, quien recoge el agua de las delicadas lluvias y de las vigorosas tempestades para darme de beber cuando tengo sed…

…¿Quién pudiera ser flor para gozar de estas cosas que llenan el alma?…

Salir del fondo y crecer hacia el celeste firmamento, sonreír al mundo y ser mensaje de  esperanza, que es quien me mantuvo viva por ser silvestre, libre de jardineras y vallas, y de la mano de la naturaleza que bien me ha cuidado…

…Pequeña pero fuerte, me aferro al suelo y persevero para poder ver el sol y dejar que me abrigue con sus dulces y calurosos rayos de luz y vida, que es vida porque da vida y es Dios por ser el Sol de mis días…

Esa es la flor que yo quiero ser…

Montserrat Bellido Durán

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