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Consulta 16

F. , 66 años , de argentina. 8/21/2008

Tengo un hijo de 40 años,hoy est
muy confundido,es católico, no practicante,me dice q tiene poca fe.Cuando yo le hablo de Dios,la Virgen y Santos, me dice rogale vos porque a mi no me escuchan, etc.etc.Ya que los emprendimientos fracasan o no llegan a concretarse.HAY DEUDAS ECONOMICAS q atormentas.deme ayuda.

Respuesta de: María Durán de Bellido. 8/21/2008

Bondadosa alma de madre, dile a tu hijo así:

Hijo, desde que el mundo es mundo está lleno de problemas, de encrucijadas y también está repleto de alegrías. La vida es una consecuencia de días para vivir, alimentarse, descansar y solucionar problemas o tuyos o de los demás, y mientras los solucionas vas disfrutando de la vida, de ver que estás sano y eres inteligente y puedes ir pasando las pruebas, ¿Es que ya desearías vivir en el Paraíso? Para eso, querido hijo, tienes primero que ganártelo, no me seas un hijo consentido, sino un hijo fuerte y viril, que agradece a Dios el cuerpo que te ha concedido, para que trabajando con tus manos y con tu inteligencia vayas solucionando tus problemas.

Problemas que vienen derivados, quizás de una mala distribución económica; tuya o de los demás, o por circunstancias de la vida que son una derrota para ti, una derrota temporal para que le demuestres a Dios que todo lo que te ha concedido te sirva para algo más que lucirlo, te sirve para trabajar e ir pagando las deudas contraídas. Tener deudas con los hombres o los bancos, no es ninguna vergüenza o descrédito, al contrarío es lo que muchos pasan y pasarán. Pocos hay que siendo ricos no tienen problemas económicos. Y te hablo de los ricos, pues imagínate una persona común que lucha para vivir y salir adelante con la dignidad de la lucha constante para llevar una vida digna ante Dios y los hombres.

Dios permite que pases por graves problemas económicos, para templar tu carácter y hacerte más perfecto y con más valores humanos que antes. Acepta el reto de la vida y vívelo; no te creas la última coca-cola del desierto, porque hay muchos que viven en peores condiciones que tú, que eres guapo, atractivo, de saludable salud y buen físico. Úsalo para trabajar y trabaja en paz y para darlo todo para mejor Gloria de Dios. Y aprende de estás circunstancias, para que, otra vez, por tu parte seas más precavido y así no te sientas mal si te vuelve a ocurrir, porque quizás te remuerde la conciencia de que en alguna ocasión no nivelaste bien tu presupuesto pensando en tu futuro.

No te sientas triste amado hijo, yo estoy contigo y no estás sólo; ya verás que en dos meses ni te acordarás de esto, aunque es mejor para ti que lo recuerdes y no empieces a dar y ayudar tanto sin pensar que no sólo tú tienes que dar sino todos; eso debes hacer: enseñar a otros a dar y que todos den. Eso quiere Dios que aprendas, que no sólo tú debes ser generoso sino enseñar a otros a serlo y a los pobres a luchar por su pan. Porque podría ser que lo que tu les diste, ellos lo vendieran para beber; entonces ¿De que te sirvió darles, si te has quedado sin lo que precisabas para ti? No puedes tú abarcar toda la pobreza. Dios quiere que todos los que puedan den y también que cada uno conserve lo que necesita para vivir; eso no es malo, es justo. Es ser realista y tener sentido común.

Has aprendido, lo sé.

La lucha a veces es hacer que los Gobiernos den, ellos tienen y pueden y deben.

Debes ayudarlo madre buena, porque tiene que pasar esta crisis económica, para aprender de ella y hacer la lucha en otros flancos y no solo en su camino, sino que aprenda estrategias.

La vida es fascinante, y él puede salir adelante. Que se deje de tonterías de niño yogurt, y que no crea que Dios, la Virgen María y los Santos están aquí para solucionarle los problemas económicos que ahora pasa, sino que están aquí para que le enseñen a ser fuerte y recio, como Cristo lo fue y aguantó todas las circunstancias que le pasaron con la paz de saber que hay otra vida a parte de esta, la verdadera vida, la vida del Amor Infinito y Eterno.

Dile a tu hijo que nada de sufrir en vano, sino que debe agradecer a Dios por lo que le permite tener: Dos manos, un cuerpo vigoroso e inteligencia. Y que con eso debe demostrar que el carácter gana a las derrotas temporales. Que “disfrute” de este infortunio, que se olvide de lo que pueden decirle los demás y que salga a trabajar más, para el bien de su economía y de su salud mental, porque el que trabaja descansa en paz.

Rezo por esta situación de las deudas económicas, para que se solucione, pero no lo hacen solas, hay que trabajar, pedir ayuda, y tener fe en que Dios todo lo hace por un bien.

Gracias mamá por escribirme.

Queda en paz.

 

Sección: Dinero