Saltar al contenido

Consulta 22

M. , 43 años , de ARGENTINA. 4/30/2008

mi hijo se caso y su esposa no cree en la iglesia catolica solo es cristiana en un grupo con pastor, yo amo a la comunion creo que jesus esta vivo alli, me siento cada dia mas sola, fui unica hija con dos hermanos que abusaron de mi hasta que conoci ell evangelio pero cuando se lo conte a mi esposo el me interno en psiqwuiatricos y hace 20 años que no puedo ser yo mi unico consule era mi iglesia catolica ni siquiera veia el valor de mi trabajo solo queria contemplar a dios,pido conversion para mis tres hijos y sus compañeras de vida a lla iglesia catolica, todo mi alrrededor es evangelista me siento sola oren por mmi gracias y que dios los bendiga esto es maravilloso yo trabajo todo el dia y la oracion me costaba mucho con ustedes oro antes y despues de trabajar mil gracias.

Respuesta de: María Durán de Bellido. 5/2/2008

No estás sola, alma de bien y abundancia de gracias divinas; Dios no te faltará y podrás llegar al final de tu vida victoriosa y unida al sacramento de la Eucaristía.

Sí que ha sido triste tu vida, ángel mío. Sí que has sufrido, bonita niña en primavera. Deja que Dios te consuele cada vez que vas a comulgar; deja que te envuelva en jazmines y te bese en la frente despejándote de los malos recuerdos y de las tristezas del presente.

Amada alma de Dios. Tus hijos crecerán en edad y se harán ancianos y luego recordarán a la bondadosa madre, tú, que les enseñó con el ejemplo de santa piedad, lo que es amar de verdad.

No pienses niña mía, que lo que haces cada día muere al llegar la noche. Al contrarío, la Virgencita, toma tus obras, en un primoroso cesto de juncos y lo presenta, cada noche, ante Dios; y Dios sonríe con agrado.

La felicidad en esta vida, quizás no la podrás conseguir, pero seguro que la dicha eterna está pendiente de ti; por estas renuncias que haces, por estos sacrificios de amor.

Dios te bendice; oh, primorosa flor de flores.

Sonríe, porque el Niño Jesús está en tú corazón enamorado de Dios.

No puedes cambiar el mundo, pero puedes mejorarlo.

Regala a cada uno de tus hijos una medalla de la milagrosa y una cadena; en cuanto puedas; y que te la bendiga un santo sacerdote; y se las entregas a tus hijos, y diles que deseas que la guarden como recuerdo de ti; y que cuando mueras, el día que Dios quiera, que si se sienten alguna vez solos y tristes, aunque sea en su ancianidad, que besen a María y será como si te besarán a ti; como si fueran otra vez niños y llegando de la escuela te dieran el beso del hijo que regresa al hogar. Si no sabes decírselo en voz, se lo escribes en una primorosa nota y la firmas.

Ellos la guardarán; y llegará el día, hijita mía, que volverán a necesitar de ti, y entonces, acudirán a María, y María los llevará a Dios, a Jesús.

Ten fe, y vive confiada en esta confianza.

Queda en paz.

 

Sección: Dolor