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Consulta 11

a. , 49 años , de mexico. 9/23/2009

hola querida hermana quisiera me aconsejara que es lo que tengo que hacer ya no aguanto mas esta situacion lo que pasa es que tengo una hija que me acaba de decir que es les. y se ha ido de la casa por que me dolio mucho y la corri de la casa pero sufro mucho por su aucencia pero ala ves ciento que no la acepto asi que hago he rezado mucho el rosario de senacion y liberacion y no veo cambios en ella ayudeme por favor. GRACIAS

Respuesta de: María Durán de Bellido. 9/27/2009

Alma de madre buena, aquí, con tu historia vemos la bondad de Dios, porque le ha dado a tu hija una madre que la ayuda a ser mejor, a cambiar de vida.

Ven a mis brazos, querida madre, y déjame consolarte, mientras lloramos juntas por tu dolor, y recemos ambas unidas, el Santo Rosario a otra Madre, la Madre de Dios.

Tú hija no es dios, porque es una criatura humana, salida de ti y tu esposo, y por el tiempo en que le ha tocado vivir, en donde la virtud en la sociedad no es aceptada como natural, tu hija, pobrecita, vive lo antinatural, y es normal y natural que te enojaras con ella, porque eres una madre buena, bendita te llama Dios, por el sufrimiento que padeces y aceptas en tu corazón. ¡No aceptes como normal el que tu hija sea lesbiana! Porque no es lo natural, y eso debes decirle, que no es lo natural en un ser humano tener prácticas sexuales con personas del mismo sexo; aunque lo pongan de moda, no es natural. Y no tienes porque seguir la moda y si que tienes y tú deber es enseñar la verdad. Quizás las formas y maneras fueron bruscas, pero la enseñanza fue la correcta. ¡Es pecado y pecado grave la PRÁCTICA de la homosexualidad!

Tú hija se ha ido de casa, pero es que aunque se quedara en presencia física, no está en unión espiritual y moral.

No voy a decirte que volverá, porque no lo sé, no soy Dios. Pero sí que sé que Dios puede hacer cualquier cosa por el hecho de pedírsela, y tú eso haces y debes hacer. Y es por ello que digo y diré y proclamaré que es una ventaja grande para tu hija el que tú seas creyente y tengas fe.

Y, pueden pasar años, pero la fe unida a la oración, da frutos por la misma Gracia de Dios. Pero debes aceptar este sufrimiento y debes seguir siendo buena y no abandonar por sentimentalismos el sentido del bien y del mal. Porque practicar la homosexualidad es pecado mortal.

Tu hija te necesita, pero no físicamente, sino que necesita de ti tu oración, para que por ella, por tu oración, consigas de Dios la Gracia de que tu hija deje de pecar y se haga santa. Y aunque no la vieses más en esta vida, es preferible que no la veas pero reces y sigas luchando por salvar su alma, y otro día, ambas estéis para siempre en el Cielo Eterno, a verla, por aceptar su pecado y apoyarlo con tu falta de autoridad moral que la dejase hacer lo que le plazca, y perderos así LAS DOS, la vida de la Gracia y la vida Celestial. Es preferible que no la veas nunca más, pero estéis juntas en la eternidad Celestial, por rezar tú por ella, por darle buen ejemplo de piedad y de cumplir con los mandamientos de la Ley. Un padre, una madre debe amar tanto a su hijo, a su hija que no pueda soportar que no se salve, que vaya al Infierno por sus pecados, pero si persevera en la fe, posiblemente por la Gracia de Dios regrese el hijo, la hija pródiga y además se salven las dos por la oración de una santa madre.

Tú, diste la vida a tu hija, y debes querer verla viva para siempre, y ahora no soportas verla así, pero aún puedes ayudarla, ¡debes ayudarla! Con tus palabras, con tu ejemplo con tus oraciones y penitencias por ella, por las dos, para que no se pierda su alma y vaya al Infierno eternamente, eso sí que es un sufrimiento, el ver un hijo ir al Infierno por la eternidad, pero luchar por él y por su salvación, eso es lo que Dios quiere de todos los padres, eso es lo que Dios pide a todos: Santidad y servir a los demás. Tú serviste a tu hija dándole la vida, ahora es mayor, no puedes encadenarla, ella debe mostrar a Dios su propia conducta y tú la tuya, si ha llegado el tiempo de la prueba en ella y ha caído, ¡debes sustentarla con tu ejemplo, con tu oración con tus palabras! “No, a la práctica de la homosexualidad. No”.

Los padres debemos dar la vida y debemos ayudar a los hijos, con todas nuestras fuerzas, a que vivan para siempre, y eso es la santidad, ser santos y ayudar a otros a ser santos, que ser santo es ir a vivir al Cielo y todos estamos destinados a ir a vivir allí: al Cielo Eterno, por lo cual todos estamos destinados a ser santos, y todos, repito: Todos, podemos serlo, porque es Dios que nos hace santos, es por Dios que nos salvamos y la vía de acceso a la santidad, es la oración y los sacramentos y la penitencia. Una penitencia que Dios quiere es que aceptemos el sufrimiento que nos viene por las pruebas que están pasando nuestros amados hijos y que han caído en ellas, debemos amarlos tanto que debemos quererlos santos. Y no es que no sea homosexual pero si que puede fornicar. ¡No! Ni lo uno ni lo otro. Algunos padres han permitido la fornicación en sus hijos y luego les duele la homosexualidad, y es pecado mortal ambas cosas.

Amiga, no llores más por hoy, guarda tus lágrimas porque te esperan días de dolor y angustia, pero yo veo brillar para tú y para tu hija un esplendido futuro en la santidad del Cielo Eterno, y, y… la vida es muy larga, y posiblemente si sigues siendo tan buena como eres, lograrás un lugar para las dos en el Cielo con Dios.

¡Alégrate! Oh madre bendita. Sí, a ti te lo digo: ¡alégrate! Porque Dios amando tanto a tu hija, le dio la bendición de ser eso: tu hija, y así puedes tú, que eres buena y creyente, rezar por ella, darle buen ejemplo y hablar claro en la verdad de no ser bueno, ni natural ni moral el ser lesbiana, y por lo cual alguien le dice la verdad y ese alguien eses tú y ella meditará esa verdad tuya, y un día Dios os dará la gracia de uniros en Su Amor verdadero. Pero reza, reza y reza.

Sufre.

Queda en paz.

 

Sección: Homosexualidad