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Consulta 20

J. , 30 años , de Mexico. 5/23/2008

Estuve involucrada en un proyecto laboral que lamentablemente ha resultado mal y mis jefes me han inculpado injustamente de las fallas. A pesar de que salí hace 3 meses de ese proyecto los jefes y otras personas siguen hablando mal de mi, lo cual me hace daño pues no es verdad lo que dicen sobre mí trabajo. Me he deprimido mucho por este fracaso pero lo que mas me ha dañado son las palabras y comentarios negativos hacia, como puedo restablecer mi alma y seguir adelante en mis proyectos y en mi vida?

Respuesta de: María Durán de Bellido. 6/20/2008

Ay, bendita alma de Dios; pobrecita mía, deja que te consuele. Ven, vamos a mi salita y sentémonos juntas y hablemos.

Tu sabes bien que los proyectos humanos de trabajo, algunas veces fallan, tú lo sabes, y sabes también que a veces se busca un culpable y tener un motivo por el que desahogarse. El dinero es muy importante en una empresa; es tan importante como el corazón para una persona. Debes aceptar que te hacen culpable de ese fracaso comercial, pero tú sabes que hiciste lo mejor que sabias; y sabiendo esto, aunque fueras culpable, no tienes culpa, porque en el trabajo como el todo, Dios tiene la primera y la última palabra.

Acepta que te se calumnie y acepta que no hiciste más que lo que sabias y podías; y no te pueden acusar de nada ya que tus intenciones fueron siempre honestas.

A veces las cosas no salen porque no es este el deseo de Dios. Medítalo en tu corazón y hallarás la paz.

Aquí se te quiere, bonita. Y ánimo, que la vida prosigue y Dios te dará otras oportunidades y debes aceptarlas e ir a buscarlas. Ponte en manos de Dios y acepta tanto los éxitos como los fracasos; porque es así la vida. Unos fracasan para que otros tengan éxitos. Y quien no esté preparado por y para este mundo comercial, no se dedique a los negocios, ni tenga cargos de responsabilidad. Si éstas personas no lo aceptan, deberían dedicarse a otra cosa, mientras tú debes seguir y comprender a Dios y aceptar su Providencia, que a veces es ganar y otras perder. Quizás tus jefes no se merecían el éxito y por eso Dios no se lo ha concedido, y quizás tú y ellos tuvierais algo que ver: seguro. Así es la vida. Acéptalo y corre el riesgo.

Dios te ama.

Queda en paz.

 

Sección: Sociedad