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Consulta 42

A. , de Argentina. 01/02/2011

DEPRESIÓN, MUY MUCHO TRABAJO, Y NO CONSIGO NADA, NI MI FAMILIA ME ACEPTA, POR MÁS QUE PROPAGO EL SANTO EVANGELIO, TODO ME SALE MAL, YA NO SÉ CÓMO HABLARLE A Jesús, pues en él me apoyooooo, guíeme, oren por miiiiiiiiiii.

Que Dios los bendigaaaaaaa, oren por mi, para tener mejor vida, y sentirme felizzz. Les pido hagan cadenas de oraciónnnnnn.

Respuesta de: María Durán de Bellido. 01/08/2011

Alma probada en la dura prueba, tú y tu esposo que camináis con una gruesa cruz te diré lo que oí del sacerdote en la Misa de ayer, en su homilía:
“Cuando todas las cosas nos van bien no se diferencia mucho un cristiano de los demás, es cuando las cosas no van bien cuando se ve un cristiano que lo es”.

Alma bendita, Dios te Ama, no lo dudes y la Iglesia unida a Dios, también te Ama; tampoco lo dudes.

Todo pasará Alma en Gracia, todo tendrá su fin, y cuando llegue la paz te cubrirá entera y te sentirás amada, por los que ya ahora te aman: la Iglesia verdadera.

Ten confianza. El tiempo, por la oración, está a tu favor.

Trabajas mucho y aún no ves el fruto total de tu obra, esto a veces desmoraliza, pero déjame decirte que llegará el día, la hora, el momento en que verás todo tu esfuerzo bien visto para tu provecho. Piensa que el trabajo es un buen modo de que Dios nos pule el carácter, para que con un carácter más humilde y sacrificado demos más importancia a otros bienes que no los temporales. Y seguro que tu alma se está puliendo en tu gran sufrimiento, si vives en Gracia de Dios.

Amas a Dios y Jesús te Ama, y sufre contigo, allí, clavado en su cruz, por ti, por tu familia. Es muy doloroso que la propia familia no llegue a comprender, a ver tu sacrificio y renuncia en bien de Cristo, en bien de tu labor, pero así es, acéptalo y súfrelo, no te niegues vivir este sufrimiento, porque hay quien, ante el sufrimiento dicen que uno debe tener la mente en otras cosas y evadirse de él. Y yo te pregunto: ¿por qué?… Verdad que de la felicidad y la alegría no queremos evadirnos sino vivirla, pues siendo también el dolor algo natural en la persona, debemos hacer lo mismo con él que con la alegría. Hay que degustar la vida, hay que vivirla no con ánimo masoquista sino con espíritu realista, con el sentido común que nos dice siempre la verdad. En tu caso, tu familia no te comprende. ¡Acéptalo! Y una vez aceptado lo superarás, si no lo aceptas, entonces siempre estás sufriendo por esta realidad que no quieres ver. Tú, ve tu realidad: “mi familia no me acepta. Lo acepto, lo vivo con espíritu de mortificación y todo y así los amo en el mismo amor que Dios me pide para mí: “Amad a mis semejantes como a mí mismo”. Te lo digo, lo peor es decirte que tu familia no te aceptan pero que si cambias te aceptarán, no lo harán, hagas lo que hagas, ya estás sentenciada, porque las personas son de costumbres, y tu familia debe haberse acostumbrado a que hagas lo que hagas y digas lo que digas alguien te llevará la contraria, y esto desgasta mucho y puede hacerte dudar. Y es más, te diré que la familia se “da cuenta” cuando alguien quiere su aprobación y a veces, adrede, no la dan, para que uno no vuele demasiado alto, no sea que se vaya muy lejos de ellos. Y ellos te aman, a su manera. Tú, ámalos a la tuya, unida a Dios, y comprende que no te comprenden y no te acepten. Puede que las cosas no te hayan ido del todo bien, pero ¿a quién, hoy en día, las cosas le van del todo bien? Por eso, ¡no te preocupes por tu trabajo en la medida de dejar de hacerlo para agradar a Dios y lo hagas para agradar a tu familia! Sé que me has comprendido.

Hija, si pudiera expresar con palabras lo que Dios te admira y lo mucho que te Ama, pero me veo limitada a no poder hacértelo saber con mi oratoria, por eso ahora mismo voy a estarme unos momentos en silencio y en oración a Dios por ti, para que lleves tu cruz con alegría, porque de esa carga llegarán muchas ventajas para tu otra vida y grandes oportunidades de mejora laboral para esta vida temporal.

… …. … amén.

Queda en paz.

 

Sección: Trabajo