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Humildad

 

HUMILDAD

De la humildad necesitamos
un buen chorro cada día,
pues todos nos equivocamos,
unos más, otros menos,
según lo aprendido y según los años.

Mas, lo que está patente
en nuestra naturaleza,
es que tendemos al mal
desde el pecado original,
y aunque por el bautismo
dicho pecado queda suprimido,
arraigada permanece nuestra inclinación,
que, por cada caída en pecado
puede recibir el perdón,
pero… Caemos, está claro.

Lo que hay que hacer a diario,
es pedir perdón a Dios
y en cuanto se pueda, en el confesonario,
por los pecados, que son siempre,
ofensa a Dios, a su Amor.
Y pedirle además, ayuda y gracia,
a la Santísima Trinidad, a la Madre de Dios,
y a nuestro Ángel de la Guarda,
para en la lucha perseverar,
pues…
Ser bueno o ser malo,
no consiste en no tener tentaciones o en tenerlas,
No.
Las tentaciones las tenemos todos,
hasta Jesús las tuvo en el desierto,
se trata de caer en ellas o no,
tal como rezamos en el padrenuestro.

Reconoce la tentación a tiempo,
no te justifiques,
y apártate de ella, pidiendo ayuda a Dios,
dile como hijo humilde,
que sin su auxilio
tú solo no puedes contra el mal.

Y Dios siempre, siempre, te va a ayudar.
Pon todo cuanto esté en tu mano,
apártate de la ocasión de pecado,
y recibirás el triunfo de Dios Jesús que es humano,
y sabe de nuestra debilidad.

Persevera, gana, triunfa.
Con Dios, a tu lado.

 

Patricia Bellido Durán
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