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III. El conocimiento de Dios según la Iglesia – 38

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

III. El conocimiento de Dios según la Iglesia

38 Por esto el hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente acerca de lo que supera su entendimiento, sino también sobre «las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan ser, en el estado actual del género humano, conocidas de todos sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de error» (ibid., DS 3876; cf. Cc Vaticano I: DS 3005; DV 6; S. Tomás de A., s.th. 1,1,1).

Meditación:

III. El conocimiento de Dios según la Iglesia

El hombre sin la ayuda de Dios, sin que Dios lo iluminara, no hallaría el camino a Dios mismo, por eso se necesita de la revelación de Dios mismo al hombre, y los profetas son los que por Dios reciben esta iluminación en su entendimiento, y por la fe de la Iglesia que dice que Dios se revela al hombre, y es cierto, el hombre halla a Dios, pero es porque Dios ama al hombre y da luces a la inteligencia del hombre que abre la puerta a la fe del hombre.

Entonces, ¿Qué es primero, la fe o la revelación? Primero fue la verdad, porque Dios hizo al hombre y el hombre, Adán y Eva, conocieron a Dios, hablaban con Dios y esa verdad vivida en Adán y Eva en su relación con Dios, no necesitaba de revelación ni de fe, porque era la verdad de su vida, que vivían: ellos fueron creados por Dios y conversaban y veían a Dios, que paseaba con ellos, por el jardín de Edén, por eso, primero es la verdad, la verdad ante todo, y que Adán y Eva contaron a sus hijos, y sus hijos a sus hijos.

A la verdad vivida de conocer y tener relación el primer hombre con Dios, se le añade la revelación de Dios al hombre. Dios castigó a Caín, entonces hubo una revelación de Dios a Caín, Dios se reveló a Noé y así sucesivamente Dios se revela a algunos hombres y da luces a su razón y da veracidad a su fe y la aumenta.

Dios sigue revelándose al hombre, Dios jamás dejó de revelarse al hombre, ni jamás dejará de tener contacto con el hombre, porque Dios creó al hombre por amor, para que el hombre recibiera su amor, el amor de su Creador.

Dios ama al hombre. El hombre vió a Dios. Y Dios se revela al hombre ayer, hoy y mañana, porque no hay otra vía de conexión con Dios que vivir Su Amor, que unirse a Su Amor, en y con Dios Espíritu Santo, que guía a la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana; y la verdad de Dios es siempre por Su revelación. Si Dios dejara de revelarse, no conoceríamos a Dios. Pero el Amor siempre se entrega, por eso Dios, que es amor, siempre se entrega al hombre, siempre da luces a la mente el hombre, iluminándola como la lámpara que no se puede esconder bajo el celemín. Dios no puede esconderse; cuando Dios se revela, Dios se muestra y todos ven que Dios es Dios y es Amor.

P. Jesús

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