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LA PEQUEÑA GOLONDRINA

LA PEQUEÑA GOLONDRINA

Cerca de mi ventana solía asomarse y cantar una pequeña golondrina.
Era tan alegre y delicada que me robó el cariño, y cada mañana esperaba volver a verla asomada a mi ventana.

Siempre la tenía allí. Era el motivo por el cuál me levantaba a correr la cortina del sueño al salir el sol, y así…verla y ser feliz con sus cantos y su amable compañía.

Pero una mañana no vino a darme los buenos días…esperé verla llegar, a lo mejor se habría perdido, y esperé verla la mañana siguiente…y así uno y otro amanecer, mas… mis oídos sólo oyeron la tristeza de mi corazón… ¿Qué fue de la pequeña golondrina?

Dejé entonces la ventana abierta durante todo el invierno, con la esperanza de volver escuchar los cantos de mi querida amiga…pero no volvía…¿Habría muerto con el frío?…

Ya hace siete primaveras desde aquella en la que fui feliz por ver a la golondrina…¿Cuándo volverá? Aún duermo con la ventana abierta, para que así; el frágil pajarito entre a anunciarme como el alba se esparce por la vida de mi jardín…

Pequeña golondrina…perdóname si no supe escucharte mejor. Perdóname si no te gustaron las migajas de pan que te ponía cada mañana en mi ventana. Perdóname si hice sin querer algo que te alejara de mí… ¿Soy yo acaso el culpable?  ¿Quién te apartó de mí, querida amiga?

Contigo fui muy feliz…
todavía hoy le rezo a Dios de rodillas, y juntando mis arrugadas manos, mientras cierro mis ojos húmedos por las lágrimas que lloro por tu pérdida; le pido a Dios que si nunca más te podré ver; si por ventura la vida nos ha separado, entonces pueda ser feliz con tu vivo recuerdo en mí. No permita Dios que te olvide nunca querida amiga…

Gracias…

Gracias por aquellos dulces amaneceres, vuela en paz amada amiga…vuela con tus alas. Vuela lejos y acuérdate de este amigo que tanto te quiere…

Adiós amiga mía, si tu pérdida ha sido permitida por Dios…aunque mis mejillas se desgasten con el tiempo. Aunque el tiempo intente volver sordo mi viejo corazón…nunca te olvidaré y siempre te querré…

Te sigo esperando con la ventana abierta y ya nunca más la cerraré.

Porque la esperanza me dice que de nuevo te veré.

Montserrat Bellido Durán

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