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LA SOLUCIÓN ES LA CONFESIÓN

LA SOLUCIÓN ES LA CONFESIÓN

Además, no tiene ninguna contraindicación. Confesarse es aceptar la misericordia de Dios. La confesión es levantarse tras un resbalón.

El diablo fundó, hace siglos, el grupo musical “HERÉTIC” que, de concierto a concierto, repite siempre la misma canción: “NO A LA CONFESIÓN”.

Tú estate despierto, y ¡ojo al desconcierto! Te paso otra canción: “¿Cuándo te confesarás? ¡Dime cuándo, cuándo, cuándo! (Bis, y Tris).

¿Por qué la confesión estamos enterrando? ¡Porque nos estamos protestanizando! “El protestantismo es el compendio de todas las herejías”. (S. Pio X)

Estamos estrenando año, y dentro de la “Semana por la unidad de los Cristianos”, qué magnífica ocasión para hacer alguna reflexión.

—Que no busquemos la unidad, a cambio de nuestra infidelidad.

—Que recemos para que la unidad sea en la Verdad, en la catolicidad, unidos en la única Iglesia de Cristo, Una, Santa, Católica y gobernada por el Papa de Roma (“El dulce Cristo en la Tierra”).

—Es una gran ocasión, para empezar dosmil diecinueve, con una buena confesión. En la confesión se juntan el amor y la razón.

Hace pocos días, el Papa Francisco animaba a los jóvenes a “Soñar y trabajar por la paz”. Pues para empezar “la función”, busquemos la solución, que pasa por la confesión. La confesión individual sacramental, nos da la paz interior y la alegría (GAUDIUM CUM PACE). La paz mundial total, es directamente proporcional a la confesión “del personal” que puebla el Globo. Si se cumpliesen los Mandamientos, veríamos florecer la paz.

—La confesión tiene un papel fundamental en la historia de la salvación, un papel “Vital, de necesidad”. Es arma letal en esta lucha real contra el poder infernal. Es un reinicio para erradicar el vicio, es un volver a empezar.

—Confesión para borrar el borrón, para superar la tentación, para reiniciar la navegación. ¡Alegra tu triste vida, ve y confiesa enseguida!

—Sin ir a confesar, los otros Sacramentos, poco te van a aprovechar. Si vas mucho a Comulgar y sigues sin Confesar, ¿te vas a salvar?

—Estas crisis que ha habido, que se podrían evitar, son por haber perdido la gracia de confesar. ¡Sacerdote, tu misión culmina en la confesión! ¡Confesar y confesar, feliz evangelizar!

—Aparca tus excusas y circula con alegría, porque este sacramento es como un semáforo en verde que te conduce al Destino eterno.

—Cuando un pecador (tú y yo) se confiesa, los ángeles baten palmas con sus alas, porque es fiesta mayor, que se arrepienta un pecador. Lo tuyo es la “movida”, el ir de fiesta en fiesta… pues, anímate, que no es nada serio, ni digno, eso de irse confesando, muy de cuando en cuando, para “ir tirando”, porque estás tirando, desparramando, gracias por un tubo (más burro, nunca hubo).

—El confesonario es tu “PUNTO de Encuentro” con tu amoroso Padre Dios.

—Practiquemos el “deporte anímico”…, y ahora que está de moda el anglicismo, podemos elegir el “corraling” de las gallináceas, o el “vueling” de las águilas.

—¿Queréis más “vocaciones”? ¡Pues, muchas más confesiones!

—Confesión, la mejor inversión, la más rentable, porque: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma?” La confesión es la fe en acción.

—Cuando no hay confesión, el vicio y la corrupción, llevan a la perdición.

—Hace furor el buenismo: “Hay que escuchar a los jóvenes…” Es una buena solución, escucharles EN CONFESIÓN. El malestar en la “sociedad del bienestar”, viene por no confesar.

—La mejor manera de evangelizar, es llevar a otros a confesar.

—La Confesión nos hace libres y felices, nos da paz y alegría, porque nos libra del dolor del pasado, que daña el alma, y nos da el consuelo del Espíritu Santo para vivir el presente. ¿No te alegra y emociona, un Dios que ama y perdona?

—Si la humildad es la verdad, la Confesión es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, o sea, un baño de realismo, porque todos pecamos, y mucho. Reza por aquel que ha perdido la cabeza y nunca se confiesa.

—¿Quieres ser feliz, “pasártelo bien”? ¡Confiésate bien, al cien por cien! Además, harás feliz al Sumo Bien. Confesar es meritorio para huir del Purgatorio.

—¡Deja de ser un barrabás, confiésate y verás!

—Los santos sacerdotes que administran fielmente la Confesión, son el ejército de salvación que defiende a la Iglesia de la demonización.

—Caminante que no se confiesa, anda con la pata tiesa.

—Una confesión al año, siempre es un buen apaño, aunque no está nada mal, la confesión mensual, porque la falta de confesión, desemboca en depresión.

—No te quieres confesar, porque no quieres rectificar, no quieres dejar de pecar…, pues muy mal puedes acabar.

—Si después de la tempestad viene la calma, después de la confesión, la paz del alma.

—La Confesión renueva nuestra vida, como el agua el desierto.

—Piensa que en cada ocasión que hay una confesión, Satán entra en depresión, y en el Cielo hay exultación.

—Católico “practicante” que no practica la Confesión, es que le falta información.

—Confesarte es lo que mola, vete poniendo en la cola.

—Pronto tendrás adicción, si pruebas la Confesión, serás de ella dependiente, porque Dios Omnipotente, quiere salvar a la gente.

—Que ir al confesonario, sea en ti, hecho ordinario.

—Una buena confesión, y ¡arriba ese corazón! Confiesa con humildad y asiduidad.

—Dios conoce nuestros pecados, mejor que nosotros mismos, pero quiere ver nuestra humildad.

—Limpia tu corazón en la Confesión, porque cada vez que vas al suelo, haces llorar a tu Madre del Cielo. Ella nos urge a confesar: “Haced lo que Él os diga”.

QUÉ TE PARECE:

Ten la total convicción que Satanás te ha vencido, si relegas al olvido la sagrada confesión; porque el éxito de Satán fue esconderla en el desván, y empezar a olvidarla, para también retrasarla, pensando en el qué dirán. La máxima de Satanás: “No te confesarás”. ¿No escuchas tu conciencia, que te pide penitencia? No relegues la confesión al olvido, porque la gente muere como ha vivido.