Estás ahí
En cada diminuta partícula de la Hostia Consagrada; en cada gota del vino, en sangre transformada, Jesús está.
Tras aquellas bellas palabras, está ahí todo un Dios viviente. El pan ahora es su Cuerpo, para siempre.
Tras la consagración, mi Señor, haces tu aparición, en memoria de tu pasión, para darnos la Salvación.
¡Tú estás ahí! en el sagrario, en el altar, pues tu presencia omnipotente
Ante mis ojos presente, en la Iglesia, patente. que no lo dude ningún viviente. Eres magnífico, maravilloso, tan bondadoso, que te nos das cada día en toda Eucaristía. Haces saltar mi corazón con sólo pensarlo, me llenas de emoción, con sólo recordarlo.
Dios, Jesús, junto a mí. ¡Qué locura!
Mi Rey y Señor, realmente en la Iglesia. ¡Qué hermosura!
Estás ahí, ¡ahí estás!
Ante Ti se doblen las rodillas, amor y devoción.
Ante Ti se postren los fieles, se rindan las naciones, se ablanden los corazones.
¡Tu misericordia es fascinante! como si no fuese suficiente, que vinieras cual bebé antiguamente, ahora vuelves nuevamente tras la bella fórmula consagrante.
Estás ahí en la Hostia, no hay duda. Estás ahí ¡Qué locura!
Alba Bellido Durán |