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No es cuestión de no sufrir

No es cuestión de no sufrir

No es cuestión de no sufrir,

es cuestión de saber sufrir.

Desde que Adán y Eva mordieron la manzana;

el sufrimiento existe en el mundo,

nadie se hace desconocedor de él.

Todo el mundo sufre por una cosa u otra.

Cristo Mismo sufrió por ti,

porque sólo sufriendo podía salvarte y darte la felicidad Eterna.

Acepta que la Felicidad Eterna, es eso: La felicidad Eterna y no la terrena.

Aquí en la tierra, puedes ser feliz

¿Cómo?

Amando a Dios sobre todas las cosas,

con toda el alma,

y aceptando el sufrimiento.

Cuando se sabe aceptar la cruz, el dolor

que Dios permite que cargues para que llegues a santo;

se es feliz en la tierra.

Dios permite este dolor, esta cruz que te duele,

porque te conoce y sabe que tú puedes cargar con ello,

porque es bueno y necesario para tu felicidad eterna.

Entonces…

¿Por qué sufrir mal?

Sufre bien,

porque este dolor,

esta espina que ahora te molesta,

será causa de tu alegría en el Cielo.

¿Ves?

Ahora ya puedes sufrir en paz.

Puedes abandonarte a Dios.

Pues entiendes que si aceptas el dolor y lo ofreces a Dios,

serás feliz aquí en la tierra,

por entender el misterio del dolor y aceptarlo,

y serás millones de veces más feliz en el Cielo;

Por saber aceptar el dolor en la tierra.

Y aceptar el dolor;

es vivir con él en paz,

pudiendo reír a veces,

pudiendo llorar,

y amando a Dios sobre todas las cosas,

con la vida entera,

con toda el alma.

Dios no te pide que busques el dolor,

Dios te pide que lo aceptes y lo vivas en paz,

para santificarte y purificarte mediante el dolor.

Montserrat Bellido Durán
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