Saltar al contenido

105 Biblia y meditación

La Biblia
La intervención de Judá en favor de Benjamín
Génesis 44, 18-34

18 Judá se acercó para decirle: «Permite, señor, que tu servidor diga una palabra en tu presencia, sin impacientarte conmigo, ya que tú y el Faraón son una misma cosa.
19 Tú nos preguntaste si nuestro padre vivía aún y si teníamos otro hermano.
20 Nosotros te respondimos: Tenemos un padre que ya es anciano, y un hermano menor, hijo de su vejez. El hermano de este último murió, y él es el único hijo de la madre de estos dos que ha quedado vivo; por eso nuestro padre siente por él un afecto muy especial.
21 Tú nos dijiste: «Tráiganlo aquí, porque lo quiero conocer». 
22 Y aunque nosotros te explicamos que el muchacho no podía dejar a su padre, porque si se alejaba de él, su padre moriría,
23 tú nos volviste a insistir: «Si no viene con ustedes su hermano menor, no serán admitidos nuevamente en mi presencia».
24 Cuando regresamos a la casa de nuestro padre, tu servidor, le repetimos tus mismas palabras.
25 Pero un tiempo después, nuestro padre nos dijo: «Vayan otra vez a comprar algunos víveres».
26 Nosotros respondimos: «Así no podemos ir. Lo haremos únicamente si nuestro hermano menor viene con nosotros, porque si él no nos acompaña, no podemos comparecer delante de aquel hombre».
27 Nuestro padre, tu servidor, nos respondió: «Ustedes saben muy bien que mi esposa predilecta me dio dos hijos.
28 Uno se fue de mi lado; yo tuve que reconocer que las fieras lo habían despedazado, y no volví a verlo más.
29 Si ahora ustedes me quitan también a este, y le sucede una desgracia, me harán bajar a la tumba lleno de aflicción».
30 Por eso, si me presento ante mi padre sin el muchacho, a quien él tanto quiere,
31 apenas vea que falta su hijo, morirá; y nosotros lo habremos hechos bajar a la tumba lleno de aflicción.
32 Además, yo me he hecho responsable del muchacho ante mi padre, diciendo: «Si no te lo devuelvo sano y salvo, seré culpable ante ti todo el resto de mi vida.
33 Por eso, deja que yo me quede como esclavo tuyo en lugar del muchacho, y que él se vuelva con sus hermanos.
34 ¿Cómo podré regresar si el muchacho no me acompaña? Yo no quiero ver la desgracia que caerá sobre mi padre».

Meditación:

La intervención de Judá en favor de Benjamín

Dios, el Padre, también mandó a su Unigénito para que el hombre tuviera pan, porque pasa hambre, necesita vida y vivir, y el Padre, por amor a los hijos de su creación, envió a su Hijo, y los hombres lo mataron; y muerto en Cruz, ahora es el Pan de Vida, por el Amor de un Padre a la obra de sus manos, a toda su creación, a todos los hombres, que por Cristo y con Cristo deben cuidar de la creación de Dios; ¿cómo?, como hizo Dios Hijo, amando a todos, siendo bueno con todos y haciendo el bien. Si todos hicieran como Cristo, en el mundo habría paz, y con mayor motivo, porque Dios, Jesús, se quedó en el mundo como pan y vino, como alimento de fe y obras de la misma. Pero, ¿cuántos creen en Él y comen el Pan de Vida Eterna?…

Sufrió el Padre Dios, como sufrió el padre de José por la muerte del hijo que realmente no murió, cuando lo creían muerto los que no sabían de las fechorías de sus malos hermanos.

Dios Padre sufrió. Tendríais que saberlo, tendríais que ser conscientes de ello, si conociérais a Dios.

Yo os lo iré contando, os iré dando a conocer el Amor y el dolor de Dios Padre, y lo veréis y lo comprenderéis con el estudio de la Sagrada Biblia.

Seguimos.

P. Jesús

© copyright