Saltar al contenido

Poesías - 6. página

Poesía de Patricia Bellido Durán

Confío en Dios

 

CONFÍO EN DIOS

Cuando llueve en mi espíritu,
y las tristes gotas resbalando van,
al calor de mis latidos,
y a su compás…
Confío en Dios,
Él sabe más.

Y al remedio de existir para vivir,
confío en Dios;
y le estoy agradecida,
por sostener con su vida, la mía,
y por amar mi corazón.

Y con Dios en confianza espero,
sin dejar a mi esperanza desesperar,
antes bien, arropándola con su Divinidad,
mientras le susurro que con Dios todo lo puedo.

Cuando el crujido del dolor,
me distrae de la realidad,
confío en Dios y mi voluntad,
para ir al Cielo, a la Eternidad.

Y sé que…
Aunque llueva el temor en mi alma,
Santa María me abrazará,
y con dulce ternura me dirá:
«Confía en Dios, que te ama,
con toda la Omnipotencia de su Infinidad».

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

Dios te ama

 

DIOS TE AMA

Por más indigno que te sientas,
del amor de Dios, de su Salvación,
hay razones que tu corazón no conoce,
por las que Dios te ama, siendo Él, Amor;
por las que Dios te perdona, siempre, en la confesión.

Dios te ama, ¡sí!
y ni por un segundo, lo deja de hacer.
Dios no deja de amarte con todo su infinito Ser,
Dios te ama con sus fuerzas,
con toda su Omnipotencia
y su libre voluntad en su querer.

Dios es libre, ¡y siempre te ama!
aunque no te lo merezcas,
 Dios no dejará de amarte.

Acepta que Dios, el Creador
del Universo,
te ama precisamente a ti.

Dios es libre, y eligió encarnarse,
y morir y resucitar por tu salvación;
tu precio ya lo ha pagado,
te sientas como te sientas,
te pase lo que te pase.

¡Tú también eres libre!
Elige tú, amar al Dios que libremente te ama.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

Puedes cambiar

 

PUEDES CAMBIAR

Deja de justificarte
y ¡acepta que has pecado!
Sólo puede haber vida de la gracia
en un corazón humilde, sincero.
Puedes cambiar
si te aceptas.

¡Dios te perdona en el confesonario!
No importa todo lo demás.
Y olvídate del «qué dirán»,
más bien; ¿qué dice Dios en el Cielo
que todo lo sabe?

Hay que cambiar para sentirte mejor,
y no esperar sentirte mejor para poder cambiar,
no va así, no,
no dura así, no.

Créeme, sí,
serás feliz, sí.

Dios quiere abrazarte en la Eucaristía,
¿te lo vas a perder?, ¿irás?
Recuerda que, siempre,
el amor de Dios
es lo que importa más.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

Permanecer

 

PERMANECER

Jesús está dentro de mí
porque acabo de confesar y comulgar,
su Cuerpo dentro del mío,
hasta la descomposición del pan.
Su gracia, en mi alma,
yo en su amistad,
hasta que vuelva a pecar.

En tu gracia, Dios,
deseo yo permanecer,
para que en mí vivas,
para yo, de Ti, depender.
Porque con tu gracia puedo amar,
y sólo así, a tu Divino Corazón agradar.

Y estando en tu gracia,
te entrego mi voluntad,
para cumplir con la tuya
y ser así libre de verdad.

En tu gracia, Dios,
deseo yo permanecer,
no quiero pecar,
sino serte siempre fiel,
y en toda situación
contar contigo, con tu aprobación.

Acordándome de Ti, Jesús,
de tu Cuerpo, por mí,
clavado en la Cruz,
cuando el demonio me insista
en que caiga en tentación,
que mi alma resista,
como resististe Tú la flagelación.

Pero no basta con ser vigilante,
y apartarse del mal,
lo primero, lo más importante,
es que empeñe mis fuerzas,
en amarte.
Y amándote, Amor,
ame, por Ti, a mis semejantes.

Tal que así, estando pendiente
de amar primero,
es mucho más fácil no pecar luego.
Porque el camino del cumplimiento
de cada uno de los diez mandamientos,
es el camino del amor verdadero,
el camino del deber
en el que siempre permanecer.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

Tu sueño en mí

 

TU SUEÑO EN MÍ

Me pensaste una vez,
y desde entonces
no me has dejado de pensar,
no fue sin querer
o por pura casualidad.

Me guardaste en tu corazón
junto a ardientes flores de amor,
y en sus pétalos las llamas están,
las llamas de dulce amor que arropan
mi nombre en tu corazón, Señor.

Yo en tu corazón, hundida.
Yo en tu voluntad, creada.

Y en tu pensar me miraste,
y no me has dejado de mirar.
¡Bendita alma mía que hallaste
al Amor que para Sí te quiso crear!

Me quisiste para existir.
Tú te preocupas por mí,
Tú soñaste que yo te amara
y amándote, por Ti
viviera enamorada.

De noche, de día,
en la dicha o agonía
yo te querría,
porque en tu sueño yo estaba
y me soñaste para Ti.

Me soñaste en la paz de tu abrazo,
en el beso de tu dulce sonrisa.
Jesús, Dios Creador, me soñaste para Ti,
cúmplase tu sueño en mí.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright