Saltar al contenido

Poesías

Poesía de Patricia Bellido Durán

Existencia Divina

 

EXISTENCIA DIVINA

Existencia infinita de Amor,
no creada
pero derramada en creación…

Existencia amorosa,
del único Dios y Señor,
lo llenaste todo con tu Don,
y el mundo sigue girando
por tu inspiración.

Existencia sublime,
autor de la inteligencia,
que te ciernes sobre el universo,
motivo del primer motivo,
causa de la primera causa,
existo yo por Tu efusión.

Existencia eterna,
de Amor verdadero
que todo lo envuelves,
que me quitas el miedo,
…quédate en mi corazón.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

Poderosa Cruz

 

PODEROSA CRUZ

 Poderosa Cruz,
que te encuentras ahora vacía,
sobre ti Dios yacía,
y ahora ha Resucitado.
Él…, que murió clavado.

La Divina sangre,
seca, derramada,
en tu madera sigue pegada;
esta sangre redentora
que de Gracia es portadora.

Yo con mis manos,
te desentierro, ¡oh, Cruz Santa!,
para hundirte en las entrañas,
en las entrañas de mi mente,
y así tú me acompañas,
y alejas con tu presencia,
los pensamientos que el Maligno envía
para que no siga a mi conciencia.

Tus rayos de luz de resurrección,
me han sellado el corazón,
¡ya estoy marcada con la Cruz de mi Señor!,
¡alegría en mi interior!

Cruz gloriosa, resplandeciente,
por tu señal en mi frente,
de mis enemigos
Dios me protege poderosamente.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

Bendito Dios de amor

 

BENDITO DIOS DE AMOR

Bendito Dios de amor,
que desatas la lengua del arrepentido,
del arrepentido que aún en el castigo
se esfuerza en cumplir contigo,
y te proclama Dios bendecido,
porque él quiere,
que tu deseo sea cumplido.
Se llamará Juan, no Zacarías,
-tal como le indicó tu ángel Gabriel-,
y lo escribió en unas  tablillas,
y de mudo pasó a hablar,
exaltando tus maravillas.

Bendito Dios de amor,
que desatas la lengua del arrepentido,
del arrepentido que aún en el castigo
se esfuerza en cumplir contigo,
y te proclama Dios bendecido.

Zacarías a Dios le rezaba,
por el milagro de tener un hijo;
vino el ángel y le dijo,
«tu plegaria ha sido escuchada,
Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo,
será para ti gozo y regocijo,
le pondrás por nombre Juan,
y por él, muchos hijos de Israel,
a Dios se convertirán».
Y aún oyendo, lo que tanto a Dios suplicaba,
dudó…:
“¿Y qué señal tendré yo de esto?
Porque yo soy ya viejo,
y mi mujer en edad avanzada”.

Y quedó mudo por no creer,
lo que de parte del Señor,
dijo el Ángel que iba a suceder,
«(…)hasta el día en que esto se cumpla»,
Zacarías no podrá hablar,
hasta que llevaron al niño a circuncidar;
«Juan es su nombre», escribió,
y al punto… su lengua se desató.

Bendito Dios de amor,
que desatas la lengua del arrepentido,
del arrepentido que aún en el castigo
se esfuerza en cumplir contigo,
y te proclama Dios bendecido.

 

Patricia Bellido Durán
© copyright

 

¿Por qué?

 

¿POR QUÉ?

¿Por qué, mi Dios?
¿Por qué me quieres Tú a mí?

¿Por qué motivo, oh mi Señor,
me amas tanto a mí, pobre pecador?
¿por qué, sin merecerlo,
 me das tu vida en sacrificio?
…pasando antes por cruel suplicio,
recibiste Tú mi castigo,
para evitarlo yo,
en mi final juicio,
si te acepto, si te sigo…
¿por qué vienes a salvarme, Jesús?

¿Por qué, si nada soy,
si nada valgo yo por mí?
¿Por qué me ofreces la Eternidad?
….siendo Tú, infinita Bondad
¿por qué me miras?
¿por qué reparas en mí?
…¿por qué este milagro de vida,
por qué toda tu ayuda y tu amor,
recibo yo cada día,
de Ti, Todopoderoso Creador?

El Tesoro de Tu Madre me entregas,
la más pura, la más bella,
ahora será mi Mamá,
¿la Santísima por excelencia,
pendiente de mí?,
¿por qué, si de su presencia
soy tan indigno, como de sus cuidados?
Pero ¡gracias!, ¡oh Dios bendito!,
porque Tú sabes que la necesito,
ME LO DAS TODO POR AMOR,
¡Alabado seas, Dios!

Tú me amas, me creaste,
¡alabado seas, Dios!
Tú, Gloria infinita,
me rescatas y el Cielo me das,
¡alabado seas, Dios!

Tú, esencia del Amor y la Verdad,
Tú… único Dios, Santísima Trinidad,
me amas, me amas…
¡Me amas!
Tú me amas con todo tu ser Omnipotente,
TÚ ME AMAS, Y ERES DIOS
¡alabado seas, por perpetuidad!

 

Patricia Bellido Durán
© copyright