Saltar al contenido

Consulta 42

D. , 31 años , de Perù. 6/21/2010

estimada Sra humildemente solicito a ud un consejo pues considero que mi vida esta en caos existencial; soy profesional sin empleo hace ya bastante tiempo, solo me dedico a tareas esporadicas, y por ende mi remuneraciòn es minima,tengo 2 hijos de 3-4 años, mi esposo es una persona muy tranquila su colaboraciòn economica es casi nula, vivo en perù soy colombiana, extraño a mis padres a quienes amo ocn el alma, llevo conmigo una gran cruz a cuestas, de mi anterior vida en colombia a donde deje muchas deudas y deje practicamente a mi familia en la quiebra y pagando cuentas mias en los bancos, decidi alejarme de todo para tratar de encontrar empleo y ayudar a afienzar un poco la economia a mis padres y lo hice inicialmente pero hace ya bastante tiempo no los puedo ayudar, vivo en casa de mi suegra, donde soy constantemente humillada con comportamientos de frialdad, pero no me he retorado de Dios y es por eso que a pesar de las recaidas me levanto, pero no logro un equilibrio, desearia que me aconsejara si dejarlo todo osea a mi esposo y regresar junto a mis hijos al lado de mis padres para tratar de ayudar a solucionar esta mala situaciòn podria beneficiarme, no tengo a quièn pedir consejos ni a quièn acudir pues carezco de muchas cosas entre ellas amigos y consejos. gracias

Respuesta de: María Durán de Bellido. 6/25/2010

Alma bendita, deja que te consuele hija mía.

La vida es difícil, tu vida es complicada y no es bueno que te apartes de a quien estás atada de por vida, con el sacramento del matrimonio.

No te enfades con la vida ni contigo misma porque no hayas tenido hasta ahora una vida económica muy positiva. Por lo que cuentas, has dejado deudas en tu país y aquí no es que te vaya bien. Eso es lo que me has contado hija mía, y en un acto de humildad debes de aceptar que así ha sido, el que no has tenido mucha suerte en los negocios.

La frialdad de tu suegra, quizás sea porque la has decepcionado en algunas cosas, entre ellas, quizás la económica, pero importa más que seas buena y cariñosa, correcta y amable con todos, también con ella, que los errores que hayas podido cometer en tus negocios. Siempre hay un día para empezar de nuevo. Y ese día es hoy.

Analiza fríamente el porque te puede haber ido mal en los negocios. Escríbelo. Ve haciendo un borrador donde detalles el porque de tus fracasos pasados. Pero primero ponte en oración, arrodíllate en presencia de Dios y entre tú y Él se sincera. Y luego apunta también lo que deberías haber hecho en vez de lo que hiciste para que no llegaras a tener tantas deudas, ¿quizás ahorrar más?, ¿quizás tener claro hasta donde podías gastar? Las ilusiones hay que dejarlas para que te ayuden a trabajar más y mejor y no para gastar.

Mi consejo es que te quedes con tu esposo e hijos y cambies de actitud. Primero aceptando ante ti misma y si fuera preciso ante los demás, (tu esposo, tu suegra) el que cometiste errores y que necesitas ayuda. Ayuda del Cielo y de ti misma.

Reza a la Virgen María para que te consuele primero, y luego para que te ayude a salir de esta agonía. Confía en Ella, ponle todos tus problemas a sus pies, y ahorra, no malgastes y pide ayuda a tu esposo, en forma de consejo.

Ama al hombre con el que decidiste libremente casarte, esa postura suya que denominas “tranquila”, es quizás porque no sabe como ayudarte, como ayudarse a sí mismo, él también debe de sentirse mal por tu situación de deudas que en cierta manera debe de sentir suyas.

Y comprendo que extrañes a tus padres, a tu país, pero tu vida está con tu esposo y vuestros hijos. Prometiste ante Dios, “en lo bueno y en lo malo”. Pídele a Dios que te ayude a cumplir con tu promesa y que os de la felicidad que merecéis por ser hijos de Dios, amados del Padre, porque Dios te ama, sí, te ama, así como eres, con deudas incluidas, con tristeza, a la que quiere convertir en alegría.

Ve a Misa, ve a confesarte y pide consejo a un santo sacerdote para seguir con tu matrimonio. La vida es dura, pero con Dios tú puedes seguir con tu cruz, porque mientras hay vida hay esperanza, y Dios sigue ayudando a quien se lo pide y sigue derramando sus milagros a quien clama por su Amor.

Queda en paz.

 

Sección: Dinero