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Consulta 35

R. , 24 años , de España. 12/8/2009

Hola Señora María. Antes que nada queria darte las gracias por sus respuestas y por el tiempo dedicado a cada uno de nosotros. Dentro de tres meses voy a contraer matrimonio, despues de un noviazgo de cinco años. Me encantaría que nos dieras unos consejos antes de que llegase este dia para vivir un matrimonio santo a los ojos de Dios. Hasta ahora hemos compartido juntos oraciones, Eucaristias, ejercicios espirituales… Qué nos aconseja? Muchas gracias por su dedicación. Dios la bendiga.

Respuesta de: María Durán de Bellido . 1/18/2010 

Alma santa.

Mi consejo es la santidad, que sigáis con vuestros de deseos de ser santos, que viváis el uno para el otro, que améis a vuestros padres, hermanos, familia, y sepáis que no siendo nadie perfecto deberéis vivir la caridad y la mortificación, que tengáis claro que para los que vivimos en Gracia de Dios todo es providencial, que tu esposo merece, como tú, amor y respeto y ayuda para ser santo, que tengáis hijos y no tengáis miedo a cuantos, porque lo que da miedo es que muera el amor, y el amor matrimonial muere si no se practica el matrimonio y el matrimonio, lo que hace válido el matrimonio canónico es el acto sexual, por eso hay que amarse físicamente, sin horas, días, ni nada interrumpa vuestro amor, porque, si se empiezan a evitar los hijos, sin causas graves, y no se usa del acto sexual, la mujer sufre y el hombre también. ¡No hagáis caso a los que dicen que se puede vivir bien así! Nada que vaya contra lo natural es bueno. El hombre se cree poco hombre ya que por no tener suficiente dinero no puede tener el placer del sexo con su esposa amada, y la mujer no se siente querida sin caricias y se vuelve fría y mandona y todo va de mal en peor en esta casa; puede que tenga cosas materiales, pero no hay la luz de la dicha en los ojos de ambos esposos. Por amor y con amor, cualquier sacrificio es posible, incluso el de tener muchos hijos. No venimos a este mundo a divertirnos sino a cumplir con nuestro deber, y el amor tiene un deber: fundirse el uno con el otro y dar fruto, si Dios quiere. Almas, que como tú y tu esposo, quieren vivir la fe y amar y conocer a Dios.

Este es mi consejo.

Queda en paz.

 

Sección: Noviazgo