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Consulta 12

N. , 37 años , de España. 7/26/2008

Hola, María. TE remito esta consulta porque creo que tú me puedes entender y aconsejar. Soy católica y creyente. Hace algo más de dos años a raíz de una intervención quirúrgica, me lesionaron un nervio de la pierna y me he quedado «coja». Por aquel tiempo el Señor me hizo pasar una prueba terrible que no superé. Reconocí mi pecado y me confesé. Y a raíz de aquel sincero arrepentimiento yo me he vuelto más espiritual… tanto que a veces rayo en lo cursi. Mi oración personal, que la tenía abandonada, se reforzó de tal manera que me paso el día rezando: la Coronilla de la Divina Misericordia a las 3 pm, la Coronilla por las Almas del Purgatorio, al acostarme, el Acto de Amor al Corazón de Jesús (Sta. Margarita María de Alacoque) desde que me levanto hasta que me acuesto siempre que estoy sola, las oracíon a la llaga de la Espalda de Jesús… He descubierto a Jesús Eucaristía, de una forma totalmente nueva,a través de los Milagros Eucarísticos como el de Lanciano (Italia), tomar la Comunión me deja… como cuando se recibe el primer beso de la persona que amas… Mi forma de hablar ha cambiado tanto que un sacerdote de mi parroquia me ha dicho que soy «anticuada, arcaica, caduca y decimonónica»… Mi confesor no me entiende y me mira como si yo fuera un bicho raro… Me he sentido tan observda, juzgada… que he dejado de dar catequesis, porque he sentido desconfianza hacia mí y hacia lo que me pasa…

Respuesta de: María Durán de Bellido. 12/8/2008

Alma maravillosa. Sí, ¡claro que te comprendo! ¡Estás en metamorfosis para ser una santa! Eso he dicho y voy a repetir: Dios te está moldeando, y ahora estás llena de ‘grumos’ para los observadores de fuera, pero te está Dios afinando toda tu persona para la belleza que santifica. ¿No sabes que los santos son líderes y no personas del montón?

¡Como te ama Dios! ¡Que santa envidia! Te hace ser como eres momentáneamente, para que se aparten de ti y te dejen sólo, porque Dios te quiere para Sí, como quiere a todos los santos. Y tú obedeces al llamado, apartándote del desprecio y uniéndote más y más al Amado.

Gozo contigo las delicias que vives y vivirás. Siento en mí la dulzura misma con que Dios cubre tus pecados ya confesados y hace contigo el cuento de ‘la cenicienta’, el relato ‘del patito feo’. Tú vives para las cumbres borrascosas, allí donde sólo almas privilegiadas pueden resistir tal altura. Satanás te persigue y Dios, con su infinita misericordia te cubre de ‘andrajos’ para que pases desapercibida del mundo.

Bendita eres, oh alma maravillosa.

Gracias.

Queda en paz.

 

Sección: Santidad